Diálogo político en Venezuela, ¿la tercera será la vencida? | El Nuevo Siglo
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Jueves, 12 de Agosto de 2021
Redacción internacional

Ambos dicen tener voluntad y coinciden en que su país no aguanta más la asfixia económica y caos social. Por eso el primer común inamovible es que el diálogo político que inician este viernes no sea una oportunidad perdida.   

Así, con escepticismo profundo pero en el fondo una esperanza de que se logren acuerdos mínimos que configuren el principio del fin de la crisis en Venezuela, es que tanto sus ciudadanos como la comunidad internacional seguirán este cara a cara que tendrá lugar en Ciudad de México.

El refrán popular reza que la tercera es la vencida y hoy, más que nunca, es la apuesta que se hace con esta mesa de negociación entre los representantes de Nicolás Maduro y los del reconocido internacionalmente como mandatario interino, Juan Guaidó, con la eficaz mediación de Noruega y el acompañamiento de otros dos países, uno de ellos el anfitrión.

Pero, ¿qué hace pensar que esta vez no será fallido como los antecesores encuentros en Barbados (2019) y República Dominicana (2018), que también contaron con mediación internacional, específicamente del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero?

Son varias las circunstancias, sobre todo de peso, que pueden visualizar que ahora se podrá avanzar, pero especialmente, que ninguna de las partes tiene el poder para ‘aplastar’ a la otra, tal cual se ha evidenciado con el paso del tiempo. Maduro enfrenta sanciones internacionales de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea mientras que Guaidó pese al espaldarazo de más de medio centenar de países no ha logrado con su gobierno paralelo gestar el cambio político prometido y, además, lidia con una impensable división en las filas opositoras.

Además de ello vienen precedidas de un acuerdo calificado de ‘humanitario’ que permitió canalizar recursos financieros entregados a Guaidó para la adquisición y entrega de vacunas anticovid a Maduro para la campaña masiva en el país. Y, a futuro inmediato están en juego las reservas de oro venezolano que están guardadas en el Banco Central de Inglaterra, millonarios recursos que deben servir para reactivar la economía y entregar ayudas sociales pero sí y solo sí de llegue a un entendimiento político.

De igual forma, el gobernante sin margen de acción por las sanciones, necesita volver a figurar internacionalmente, pero con acciones puntuales que evidencien su tan cacareada disposición a encontrar una salida política a la prolongada crisis que hoy tiene en el exilio a más de cinco millones de venezolanos, una diáspora que según algunos organismos internacionales puede aumentar a siete millones en un año.

Y, finalmente, tal coinciden en señalar varios analistas políticos y allegados a las discusiones previas para este encuentro, “este proceso está más elaborado y mejor construido que los anteriores”, lo que debe reconocérsele al esfuerzo noruego, además es la primera vez que no se está exigiendo la salida del poder de Maduro, porque hay consenso en que debe darse en el marco legítimo de unas elecciones, libres y transparentes.



Dos agendas

Lo que se sabe, por lo pronto, es que están definidas las agendas con que cada parte se sentará en la mesa, al igual que la de este viernes es solo una pre-instalación porque el cronograma establece que el arranque formal será el 30 de este mes.

Se presume que ese lapso de tiempo será un compás de espera para que se den algunos gestos reales que generen confianza para dialogar. No es fácil por las demandas de cada cual, pero tampoco imposible.

Maduro ha insistido en que deben levantarse las sanciones internacionales, mientras la oposición exige como primer ítem la liberación de los presos políticos (entre ellos Freddy Guevara, detenido hace tres semanas) y la implementación de condiciones electorales que, de darse, podría inclusive a llevarlos a participar en los comicios regionales que se verificarán en septiembre.

"Hemos hecho un conjunto de demandas, de exigencias y las mantenemos firmemente: en primer lugar el levantamiento inmediato de todas las sanciones criminales", dijo el fin de semana el mandatario refiriéndose a la batería de medidas coercitivas en contra del gobierno y sus principales figuras, incluido un embargo petrolero de Estados Unidos.

El director de la encuestadora Datanálisis es escéptico pero optimista. “Puede haber una flexibilización de algunas sanciones (...) vinculadas a los temas humanitarios" y "ceder en temas como los presos políticos o del reconocimiento institucional de la oposición", estimó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.

"Están dadas las condiciones para que se llegue a un acuerdo si hay voluntad entre las partes", señaló Pedro Benítez, columnista y profesor universitario.

Estimó, de igual forma, que el nuevo encuentro puede centrarse en la "reinstitucionalización del país" de cara a estos comicios. "Que le devuelva a la gente la confianza en el voto, que va más allá del Consejo Nacional Electoral. Tiene que ver con que el que gane una elección, ese triunfo sea reconocido".



Antecedentes

Como se sabe Guaidó es reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, luego de que, desde la jefatura del Parlamento, se juramentó en 2019 tras la reelección de Maduro el año anterior, considerada fraudulenta.

Entonces arreciaron sanciones contra el gobierno chavista, en medio de una crisis sin precedentes: Venezuela acumula ocho años consecutivos de recesión y una reducción del PIB del 80% desde 2014.

Maduro, no obstante, mantuvo el control institucional y territorial, mientras que Guaidó perdió dominio del Legislativo, único poder en manos opositoras, tras marginarse de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en las que arrasó el chavismo.

El opositor se aferra a su legitimidad al sentarse a negociar, esa que desesperadamente busca Maduro.

Para León “la oposición puede pedir, solicitar, incorporar ese aval externo en las negociaciones y el gobierno el levantamiento de sanciones, pero las decisiones son de los países, que han entendido que la estrategia del "todo o nada" implementada hasta ahora no ha resultado”. 

En junio, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea se mostraron dispuestos a "revisar" las sanciones contra Maduro si ven "avances significativos en una negociación integral" hacia elecciones "creíbles, inclusivas y transparentes".

"Ojalá y se logre un acuerdo", dijo el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al confirmar la semana pasada que su país sería sede del proceso a pedido de Noruega. 

Este proceso en curso sigue a una negociación interna al margen de Guaidó, que resultó en la liberación de algunos presos políticos y nuevas autoridades electorales, vistas con buenos ojos por Estados Unidos y la Unión Europea, y ocurre mientras el país se encamina a elecciones de alcaldes y gobernadores el 21 de noviembre.



Protesta la AD

Pero una vez confirmado el encuentrosdel viernes, la coalición opositora Alianza Democrática denunció haber sido excluida. "Informamos al país que no hemos sido invitados a participar en el proceso de diálogo y negociación auspiciado por el Reino de Noruega, ni conocemos la agenda que en este se desarrollaría, lo cual consideramos como un muy mal inicio para este capítulo de conversaciones", sostuvo en un comunicado.

Y, a pesar de que afirma que no se siente "representada" por "ninguno de los factores que estarán presentes", es Guaidó quien tiene como reto aglutinar a los detractores de Maduro y con la AD se ha dado un alejamiento por las cambiantes posiciones que ha tenido frente al gobierno.

Sobre los asuntos del diálogo, la AD demandó una "agenda" de temas que sea "transparente" hacia el país y "con miras a evitar que la oportunidad sea desviada a la satisfacción de intereses partidistas".

Sin embargo respaldan lo alcanzando porque “consideramos que cualquier esfuerzo de diálogo y negociación debe ser valorado positivamente por el país y las expectativas generadas deben ser satisfechas a través de los actores políticos que se sienten en la mesa de conversaciones, a través del desarrollo de una agenda que incluya preferencialmente los temas de la democracia, reinstitucionalización del país, la crisis social y la economía",

Finalmente la coalición opositora sostiene que la negociación a iniciar no debe considerarse "como un fin, sino como "un vehículo" para "ayudar al pueblo venezolano a salir del terrible atolladero donde se encuentra".