La virtualidad entró a las familias y hogares de los colombianos transformando su vida tanto en el trabajo y la educación como en la forma de consumir o adquirir productos. De allí que diferentes encuestas, análisis y estudios al respecto señalan tanto aspectos positivos como negativos en estos cambios trascendentales para las personas.
Por ejemplo, en el marco de la nueva ley que busca disminuir de manera gradual la jornada laboral en Colombia, de 48 a 42 horas semanales, el experto en psicología laboral y CPO de Nawaiam, Sebastián López Sacco, considera que la reducción de horas laborales a la semana es un modelo beneficioso y que es necesario generar consciencia sobre el impacto negativo para la salud que conlleva trabajar largas jornadas.
“Las empresas deben trabajar fuertemente en nuevos esquemas laborales: más ágiles, más creativos, y poner en el centro a las personas, desarrollando sus habilidades blandas y preocupándose por el bienestar de sus colaboradores, para contar con personas más felices y apasionadas por su trabajo que como resultado, generarán mayor productividad y compromiso con su entorno laboral”, afirma.
Son varios los casos a nivel mundial, donde se han visto afectados los horarios laborales, dando resultados positivos. Por ejemplo, en Japón, Microsoft probó reducir su jornada semanal un día con 2.300 trabajadores, y el 92% aseguró sentirse más feliz y menos estresado con ese horario. En Europa se viene implementando este modelo que ha resultado positivo en el rendimiento de los trabajadores. Un ejemplo de ello es Islandia, donde ya se redujo la carga a 36 horas laborales a la semana.
Producción
“Hay una creencia de que reducir horas de trabajo implica menos producción, porque las personas trabajarán menos. La OMS recomienda un estándar de 35 a 40 horas semanales. Se ha certificado que, ante la reducción de horas, se aumenta el bienestar de los empleados, son más productivos, se reduce el ausentismo, y los colaboradores son más creativos, entre otros”, afirma el experto de Nawaiam, una herramienta de gamificación que ayuda a conocer el perfil conductual de candidatos y empleados, en tan solo minutos.
Sostiene López Sacco, que “las leyes laborales deben modificarse en beneficio de mejoras, tanto para empleados como para empresas, donde todos ganan y hacia un modelo laboral no desactualizado al contexto actual, que sufrió fuertes cambios durante la pandemia covid-19. La educación juega un papel central para los desafíos que se vienen presentando en materia laboral. Algunos trabajos desaparecieron o van a desaparecer, y surgen nuevas oportunidades laborales que años atrás eran impensadas, donde cada día, las empresas empiezan a pensar y darse cuenta de que el elemento diferenciador es el talento de las personas con la adquisición de nuevos conocimientos. Estos y otros actores serán importantes para generar cambios ante los nuevos desafíos que se presentan en materia laboral, de salud, educación y productividad”.
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En el caso colombiano
El pasado mes de julio se conoció la Ley 2.101 que corresponde a la disminución de la jornada laboral ordinaria.
El presidente Iván Duque sancionó la ley que reducirá, de manera gradual, la jornada laboral de 48 a 42 horas semanales y se dejó en claro que esta reducción en las horas de trabajo no disminuirá los salarios ni afectará los derechos adquiridos y garantías de los trabajadores.
A partir del indicador de la felicidad -estudio realizado por el observatorio Pulso del Consumidor de Sinnetic-, se evidencia que el 89% de los colombianos no son felices, y que las personas que sienten su empleo seguro son 2,8 veces más felices que quienes tienen incertidumbre o han perdido su empleo durante 2020, afectando directamente la capacidad de innovar y digitalizarse productivamente
De otra parte y en su más reciente edición Banca y Economía, titulada ‘Consumo y su transformación en un mundo post pandemia’, Asobancaria analizó las principales variaciones en los hábitos de los consumidores y cómo esto ha llegado también a la relación que tienen con sus medios de pago y sus bancos.
Como grandes protagonistas de estos cambios, están la transformación digital y el uso de la tecnología, un fenómeno que no es nuevo (según cifras de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, entre 2016 y 2019 las compras realizadas a través de internet crecieron 90,6 %), pero con la pandemia se profundizó.
Transformación
Dentro de esa transformación digital, una primera tendencia destacada en el informe es la demanda por medio de plataformas digitales de servicios profesionales como la educación, servicios jurídicos y contables, algunas modalidades de entrenamiento personal, soportes técnicos, entre otros.
“Uno de los casos más notorios es el avance en la telemedicina, cuya adopción en principio tenía como fin liberar la presión del sistema de salud, pero ha tenido una acogida tal que desde el inicio de la crisis hasta comienzos de 2021 ya se habían realizado cerca de 70 millones de atenciones entre teleconsultas y orientaciones en salud en Colombia”, destacó el informe.
La segunda gran tendencia es el trabajo híbrido, ya que la vuelta a la normalidad apunta a modelos de alternancia o virtualidad completa, lo que a su vez ha traído dos consecuencias: la adecuación de espacios e inversión en equipos para trabajar en casa y una mayor predilección por viviendas fuera de las ajetreadas ciudades.
Tendencias
La tercera de las tendencias expuestas es la reducción en la demanda de transporte masivo (al cierre de 2020, el total de pasajeros transportados tuvo una variación de -47,8% anual en el país) y la predilección de vehículos como las bicicletas por parte de los consumidores y los trabajadores para movilizarse en su día a día.
“Esto se evidencia en el incremento de las importaciones de bicicletas entre marzo y noviembre de 2020, que alcanzó un 56% según datos de Descartes Datamyne, obedeciendo a la demanda tanto de medios de transporte alternativos como al creciente interés de hacer ejercicio al aire libre y de manera individual”, resaltó el informe.
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Pagos digitales
La cuarta tendencia que menciona Asobancaria en su análisis de consumo, es la aceleración en la transición a medios de pago digitales, un proceso que, así como el comercio electrónico, se venía dando antes de la pandemia, pero tuvo una fuerte profundización a partir de la irrupción del coronavirus.
“La frecuencia de uso de todos los medios de pago sin contacto aumentó en el país a raíz del covid-19, dentro de los que se destacan las apps de pago entre particulares y pagos a cuenta, con un aumento del 71,9%; este impulso se espera que constituya un cambio estructural, en donde tanto consumidores como empresas se vean beneficiados”, indicó el informe.
En esa línea, las alternativas digitales y seguras se han consolidado entre las principales demandas del consumidor financiero, y las entidades han podido responder a esas necesidades con sistemas cada vez más robustos, seguros e innovadores.
El informe de Asobancaria destacó que el nuevo consumidor está mucho más preocupado por la sostenibilidad tras el impacto que ha traído el covid-19 y resaltó que “según Euromonitor International, el perfil del consumidor se ha volcado hacia la búsqueda de marcas con un sólido sentido de responsabilidad social que los ayuden a hacer de este un mundo más limpio, sano, resiliente y equitativo”.