Según un informe publicado por el Fondo Monetario Internacional, existen 105 países que actualmente exploran la posibilidad de tener una moneda digital de Banco Central o CBDC (Central Bank Digital Currency, por sus siglas en inglés).
Colombia es uno de las naciones que aún está en la fase de investigación, puesto que el Banco de la República estudia la posibilidad de emitir este tipo de monedas virtuales.
En un informe publicado por los investigadores Giulia Fanti, miembro principal del Centro de Geoeconomía del Consejo Atlántico y profesora asistente de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad Carnegie Mellon; Joshua Lipsky, director principal del Centro de Geoeconomía del Consejo Atlántico y ex miembro del personal del FMI, y Ole Moehrm, miembro del Atlantic Council GeoEconomics Center, se explica que aunque estas monedas pueden llegar a plantear algún riesgo en seguridad, un diseño responsable puede convertirlas en oportunidades para los países que las desarrollen.
Para los firmantes, “en el mundo típicamente cauteloso de la banca central, la idea de una moneda digital de banco central (CBDC) avanza a la velocidad del rayo”.
La investigación del Atlantic Council GeoEconomics Center muestra que 105 países y uniones monetarias están explorando actualmente la posibilidad de lanzar una CBDC, ya sea minorista (emitida al público en general) o mayorista, utilizada principalmente para transacciones interbancarias. Eso es más que un estimado de 35 en 2020. No son solo las economías más pequeñas las que están interesadas; 19 países del Grupo de los Veinte (G20) están considerando emitir CBDC, y la mayoría ya ha avanzado más allá de la etapa de investigación.
Pero a medida que más países lanzan proyectos piloto de CBDC, las preocupaciones sobre la ciberseguridad y la privacidad cobran gran importancia.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, enumeró recientemente el "riesgo cibernético" como su principal preocupación en relación con la estabilidad financiera, y un informe reciente de la Cámara de los Lores del Reino Unido describió específicamente los riesgos de ciberseguridad y privacidad como razones potenciales para no desarrollar una CBDC.
Estas preocupaciones no son infundadas. Las vulnerabilidades de CBDC podrían explotarse para comprometer el sistema financiero de una nación. Las CBDC podrían acumular pagos confidenciales y datos de usuarios a una escala sin precedentes.
En las manos equivocadas, estos datos podrían usarse para espiar las transacciones privadas de los ciudadanos, obtener detalles confidenciales de seguridad sobre individuos y organizaciones, e incluso robar dinero. Si se implementa sin los protocolos de seguridad adecuados, una CBDC podría ampliar sustancialmente el alcance y la escala de muchas de las amenazas a la seguridad y la privacidad que ya existen en el sistema financiero actual.
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La tecnología permite a los bancos centrales garantizar que tanto la ciberseguridad como la protección de la privacidad estén integradas en cualquier diseño de CBDC.
Hasta hace poco, no se había hecho mucho trabajo público en el mundo de la ciberseguridad y la banca central para comprender realmente los riesgos específicos de esta área y privacidad asociados con las CBDC. Pocos han considerado si los diseños de CBDC podrían mitigar los riesgos o incluso mejorar la ciberseguridad de un sistema financiero.
Uno de los principales riesgos es la recopilación de datos centralizada, pues muchas de las variantes de diseño propuestas para las CBDC (particularmente las CBDC minoristas) implican la recopilación centralizada de datos de transacciones, lo que presenta importantes riesgos de privacidad y seguridad. Desde el punto de vista de la privacidad, dichos datos podrían utilizarse para vigilar la actividad de pago de los ciudadanos.
También, la transparencia vs. Privacidad es una preocupación común con los diseños que preservan la privacidad (incluidos aquellos que utilizan técnicas criptográficas especializadas) en la reducción de la transparencia para los reguladores. Los reguladores generalmente requieren suficiente información para identificar transacciones sospechosas, lo que les permite detectar el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y otras actividades ilícitas. El establecimiento de estándares internacionales y un mayor intercambio de conocimientos entre los bancos son fundamentales en este momento de rápido desarrollo y adopción.
¿Amenaza u oportunidad?
En los últimos 18 meses, algunos bancos centrales han decidido prematuramente que una CBDC plantea demasiados riesgos de ciberseguridad y privacidad. Por ello, los investigadores llegaron a la conclusión de que los gobiernos tienen muchas opciones de diseño de CBDC para elegir, incluidas nuevas variantes que aún no se han probado completamente en los pilotos actuales del banco central.
Estas variantes presentan diferentes ventajas y desventajas en términos de rendimiento, seguridad y privacidad. Los gobiernos deben elegir una opción de diseño en función de las necesidades y prioridades políticas de un país.