El idioma del amor es sin duda la poesía. A lo largo de los siglos los poemas amorosos han sido la mejor vía para expresar los sentimientos más profundos, especialmente en las relaciones de pareja. Muchos son los poetas que han dejado por escrito las más bellas palabras para expresar lo que dice el corazón, escritores que han develado el color de su alma a través de las letras.
“Es el mensaje de amor de los tímidos”, dice la poeta Piedad Bonnet, dramaturga y escritora colombiana, una de las plumas líricas más destacadas del país, quizás por la nostalgia, erotismo y sensibilidad que le imprime a cada uno de sus poemas.
No obstante, en un mundo con tantos ruidos, apuros, altibajos, juego de emociones, distracciones y facilismos hay quienes se preguntan si los enamorados aún recurren a los poemas para conquistar o ha cambiado la forma de expresar sentimientos a través de la poesía.
La intuición de Bonnet le reafirma que las nuevas generaciones efectivamente buscan la forma de expresarse a través de poemas, escritos y letras románticas, utilizando nuevas herramientas.
En la actualidad, internet y las redes sociales permiten acercar la poesía a los más jóvenes para que el género no se considere arte anticuado, sino una vía de expresión moderna que sirve para transmitir valores y sentimientos.
Decir te amo
Aunque hay nuevas formas para enamorar, la prosa y las palabras bonitas siguen siendo protagonistas en todas las generaciones, así lo manifiesta la escritora.
“Decir te amo hoy en día no es fácil y por eso recurren a la poesía de grandes poetas, como Mario Benedetti, Pablo Neruda o Borges, entre otros. Pese a que los años han pasado, estamos en otro siglo y han surgido nuevas tendencias, siempre habrá unos pocos que apelan a la poesía como un instrumento de comunicación con el otro, digamos de seducción, como una carta de amor. Pienso que hoy, para seducir, se apela más a la canción que al propio poema. Pero siempre habrá el muchacho o la muchacha que la lea y la descubra como mensaje de amor. Además, siempre hay gente joven que está escribiendo poesía, porque es algo que nace del corazón y la sensibilidad está a flor de piel”, comentó.
Hoy en día, plataformas como Instagram han incluido y popularizado nuevos autores que utilizan este género literario con la ilustración para tratar cuestiones como el amor y el desamor, las emociones y la vida en general.
La fragilidad humana
Bonnet es una mujer que ha podido plasmar sus más profundos sentimientos, dolorosos y fervorosos, en cada uno de sus escritos. No le gusta la literatura estridente; prefiere la frase desnuda, caracterizada por buscar la médula emocional sin caer en lo ridículo, sin tanta pirotecnia. En definitiva, esa sensibilidad en la sobriedad de la palabra es lo que la caracteriza como una de las poetas hispanohablantes más destacadas del siglo XXI.
“No hay cicatriz, por brutal que parezca, que no encierre belleza. Una historia puntual se cuenta en ella, algún dolor. Pero también su fin. Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria, un remate imperfecto que nos sana dañándonos. La forma que el tiempo encuentra de que nunca olvidemos las heridas”; esta es una de las estrofas de la escritora nacida en Amalfi (Antioquia).
Sin duda, emoción, valentía, humildad y rebeldía transmiten sus poemas. Entre sus obras más reconocidas están “Nadie en casa”, “El hilo de los días”, “Ese animal triste”, “Todos los amantes son guerreros”, “Lo demás es silencio”, “Las herencias” y “Explicaciones no pedidas”, libro por el que obtuvo el XI Premio Casa de América de Poesía Iberoamericana en 2011.
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“Creo que la poesía romántica existirá siempre. En mi larga experiencia he podido ver que el poema ha estado presente por generaciones y aún encontramos jóvenes enamorados de la poesía. La gente que ama la poesía perdura a lo largo de los siglos; puede que en este momento sea un poco diferente a la anterior, pero hay poemas hermosos que la gente aún las dice, las escribe, las escucha, ya sea en una carta, en una canción o en un poemario. Creo que la gente encuentra una manera muy apropiada de declarar amor a través de las palabras de otros, por eso digo que es para tímidos, porque utilizamos las ideas de otros para expresarnos, ya sea en un papelito, en una tarjeta, en el celular, en una carta de amor. La gente utiliza miles de poemas que hay en internet, allí están todos los poemas de los poetas más famosos, entonces la gente toma de ahí y envía mensajes con poemas de Neruda, de Benedetti (…)”, afirma Bonnet.
La sensibilidad de Bonnett
Hace un poco más de 30 años Piedad Bonnett empezó a compartir su mundo a través de nueve poemarios, seis novelas y cinco obras de teatro donde se aplica una frase de Hipócrates rescatada en “Donde nadie me espere”: “La vida es breve y el arte largo. La ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil”.
El universo literario de la escritora ha estado cargado de vulnerabilidad, soledad, dolor y, a su vez, felicidad y amor. Todas sus vivencias le ha servido para crear versos y prosas que hacen que sus personajes cobren vida y transmitan emociones.
Tuvo un hijo, Daniel, quien sin querer le regaló el tema del libro “En lo que no tiene nombre”. El muchacho se suicidó y la escritora contó esa experiencia en una novela de ritmos dolorosos e íntimos.
“La poesía es tan diversa. Uno escribe con el impulso de su propia experiencia, el tiempo va pasando y lo va poniendo de frente a ciertos temas, por ejemplo, si la vida me aproxima más a la muerte pues se habla de la muerte; si se pierde un hijo, como lo perdí yo, se habla de eso. Este género está lleno de lo que hay alrededor y uno como escritor va tomando del mundo exterior para crear y escribir”, refiere Bonnet, quien manifiesta que en el caso de la conquista las mujeres tienen mucha más libertad; “tienen el recurso de la palabra, compartir la intimidad, sus emociones y sus miedos”.
Para la escritora y filósofa, el erotismo también está inmerso en los versos románticos, es el concepto que convierte a la sexualidad en cultura y, según ella, puede haber erotismo sin amor, pero no amor sin erotismo: “Lo que llena de sofisticación a la sexualidad es su transformación en erotismo. Esto tiene que ver con el juego, la imaginación, con la búsqueda, la espiritualidad y el refinamiento. El instinto puro se convierte en una manifestación de la cultura”.
Piedad Bonnett, escritora y filósofa colombiana. / Universidad Jorge Tadeo Lozano