Seis meses después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara que el covid-19 tenía la dimensión de pandemia, el mundo registra más de 28 millones de afectados, 906 mil fallecidos y un índice de recuperación del 66%, así como una carrera contra el reloj para encontrar una inmunización eficaz que le permita retomar la normalidad, en todos sus aspectos.
El pasado 11 de marzo, cuando el nuevo virus detectado en la provincia china de Wuhan impactaba ya a 113 países, con registros de 124 mil afectados y un poco más de 4.500 decesos, la OMS declaró la máxima alerta pandémica por el enemigo microscópico que ha aislado por varios meses a casi toda la población mundial.
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El coronavirus forma parte de la vida diaria, aunque cambió todas las actividades humanas. Con el transcurrir de los días se han logrado descifrar varios de los enigmas de esta enfermedad pero persisten otros, lo que impide dilucidar cuándo el planeta podrá declararse libre del virus. Estas son algunas de las certezas e incógnitas:
1. Freno a contagios y letalidad
Desde el mismo momento en que apareció en Wuhan, se enfrentó el virus con la fórmula del aislamiento poblacional. Esa fue la ruta que siguieron todos los países. Cerradas sus fronteras y con confinamientos de su ciudadanía en la gran mayoría de los casos, se logró mitigar el impacto del Covid-19. Las medidas de higiene, el distanciamiento social y el uso del tapabocas han sido barreras eficaces para frenar la velocidad de expansión del virus. En este último aspecto hubo un vuelco global, ya que en marzo se pensaba que la mascarilla era inútil pero hoy es recomendada por la mayoría de las autoridades sanitarias. La razón: se descubrió que la covid-19 no solo se transmite mediante la saliva expulsada por un enfermo o el contacto con las manos, sino también muy probablemente por las gotitas que quedan en suspensión en el aire. Así este elemento que cubre boca y nariz se volvió de uso común y hasta parte de la vestimenta diaria.
“Las medidas de higiene, el distanciamiento social y el uso del tapabocas han sido barreras eficaces para frenar la velocidad de expansión del virus”
2. Detección temprana por más pruebas
Si entre marzo y abril se convirtió en un suplicio para casi todos los países la consecución de pruebas PCR, que permiten detectar un fragmento del material genético de un patógeno, en este caso el virus SARS-Cov2, los meses siguientes se pudieron adquirir con mayor facilidad y en mayor cantidad. La ampliación del testeo permitió tres hechos que han sido claves: localizar focos de contagio para su inmediato aislamiento, descubrimiento de los asintomáticos y detección de millones de casos del virus en su desarrollo inicial, lo que minimizó el riesgo de letalidad. Casi simultáneamente aparecieron las pruebas de antígeno (también llamadas “rápidas”), que son para descartar que se tenga el coronavirus.
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3. Incidencia de comorbilidades
El seguimiento global a la curva epidemiológica de la pandemia permitió evidenciar que la mayor letalidad de fallecimientos por covid globalmente se concentra en las personas mayores de 65 años y básicamente por las patologías que padecían, las cuales hicieron imposible que sus organismos superaran el proceso infeccioso del virus. En su orden, se ha determinado que las comorbilidades de más alta incidencia son: hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, enfermedades cardiovasculares, renales y pulmonares obstructivas crónicas.
4. Lejos de las proyecciones y alta recuperación. Las cifras de afectación mundial son altas y, por tanto, impactantes. Sin embargo, estadísticamente, el coronavirus ha impactado al 0,37% de la población y solo el 0,01% falleció. Estos registros distan, abismalmente, de las proyecciones iniciales, cuando ante el desconocimiento de la virulenta enfermedad se pensaba que impactaría no menos del 25% de los 7.500 millones de moradores de la aldea global. Entre tanto, con la observación de las políticas sanitarias se ha logrado, en estos seis meses de pandemia, que el índice de personas que superó la enfermedad se encuentre en el 66% y con marcada tendencia al alza.
“El pasado 11 de marzo, cuando el nuevo coronavirus nacido en la provincia china de Wuhan impactaba a 113 países, la OMS declaró la pandemia”
5. Inmunidad solo con vacuna
Hay 35 desarrollos para una vacuna efectiva pero solo hasta final de año se podrá tener certeza sobre alguna. Su producción y aplicación para inmunizar a gran parte de la humanidad no ocurrirá antes de mediados del próximo año, por lo que se continuará conviviendo con el virus. Y aunque en estos seis meses fueron muchos los medicamentos que se ensayaron y publicitaron para lograr cierto tipo de protección contra el covid o para minimizar su impacto en los que ya lo tenían, como el remdesivir y la hidroxicloroquina (entre otros), no se ha logrado evidencia científica sobre sus beneficios o eficacia. Otro proyecto fue el del plasma convaleciente, cuyas investigaciones avanzan.
6. El temido repunte
Cuatro meses de haber registrado su pico de contagios y fallecimientos por el coronavirus, varios países, especialmente de Europa, llevan varias semanas con lo que erróneamente se ha calificado como un ‘rebrote’. Los epidemiólogos sostienen que es un repunte de una pandemia que sigue su curso, que nunca se ha ido y que lo que ocurre son nuevos positivos, bien en lugares donde no se había registrado la enfermedad o porque con la reapertura de fronteras, tanto terrestres como aéreas, se incrementó la movilidad -máxime por las vacaciones de verano-, lo que facilitó el ‘viaje’ y transmisión del virus. Agregan, que el relajamiento en el distanciamiento social y del uso del tapabocas también incidió en esta situación. En América Latina, donde la pandemia se ha movido a una velocidad similar, empieza a bajar la afectación y sube el temor de un repunte. De allí el llamado a la estricta observancia de los protocolos de bioseguridad y el aislamiento preventivo.
“Cuatro meses de haber registrado su pico de contagios y fallecimientos por el coronavirus, varios países, especialmente de Europa, llevan varias semanas con lo que erróneamente se ha calificado como un ‘rebrote’”
7. ¿Niños, factor de transmisión?
Desde el inicio de la pandemia se determinó el aislamiento de niños y adultos mayores. El argumento es que los segundos son muy vulnerables a contraer el covid, mientras que los primeros podían ser un fácil medio de transmisión del mismo. Se sabe que rara vez los más pequeños se enferman gravemente del coronavirus. Los que lo han adquirido generalmente presentan síntomas leves o incluso ninguno. Por ello se mantiene la gran incógnita: ¿son tan contagiosos como los adultos? Muchos estudios han demostrado que no y se sustentan en que como registran menos síntomas, tosen y estornudan menos, por lo cual es mínima la expulsión del virus.
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8. Reinfecciones e inmunidad
Estos son otros dos temas plenos de incertidumbre, porque si bien hay confirmado un primer caso de reinfección en el mundo, el de un treintañero de Hong Kong, y están en estudio otros casos puntuales, no se tiene evidencia científica que permita concluir la alta posibilidad de volver a padecer la enfermedad. Lo único que se conoce, y basado en la investigación sobre este joven, es que su sistema inmunitario aprendió a defenderse del virus, ya que en su segunda vez los síntomas no fueron tan graves como en la primera. También se mantiene la incertidumbre sobre la inmunidad que tiene una persona tras superar el Covid.
De esta forma, a seis meses de la pandemia del coronavirus, el mundo ha aprendido algunas lecciones y retoma con cuidado las actividades para reiniciar la economía, mientras espera que la comunidad científica encuentre la vacuna, sin duda una inyección de vida.