Pocos lo recordarán pero cuando en Bogotá se decretó la alerta sanitaria por la llegada del covid-19, la ciudad ya estaba en alerta amarilla por una pésima calidad del aire que, para el 19 de marzo, día en el que arrancó oficialmente la primera de varias cuarentenas sucesivas en la ciudad, tenía 12 estaciones de monitoreo de la calidad del aire en amarillo, así como una estación en alerta naranja.
Ahora, en medio de la crisis en la que se encuentra la ciudad, la alcaldesa López y su Secretaria de Medio Ambiente, socializaron que la ciudad contará con siete nuevas estaciones de monitoreo de calidad del aire, con las que se completarán 20 en toda la red que actualmente tiene Bogotá, antes de que finalice este 2020.
¿Qué significa esto para la ciudad? Pues bien, con la entrada de estos nuevos puestos será más fácil monitorear la calidad del aire, emitir alertas tempranas y avanzar en programas encaminados a disminuir las enfermedades respiratorias.
Esto, sumado a que para el 2024 la ciudad tendrá cinco programas de monitoreo de contaminantes nuevos, tres instrumentos de gobernanza, cuatro programas de control tecnológico de emisiones y seis de gestión de estas, que apuntarán a que en Bogotá se disminuyan las enfermedades y en consecuencia, los fallecimientos por enfermedades respiratorias.
“El hecho de que se abran nuevas estaciones es una gran noticia, porque hay zonas de la ciudad en donde no hay cubrimiento porque no hay estaciones y lo único que podemos hacer es una aproximación con relación a la más cercana, lo que hace que no sea tan preciso el monitoreo”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el experto en calidad del aire y profesor de Ingeniería Ambiental de la Universidad de la Salle, Jorge Pachón.
- Le puede interesar: Congresistas piden explicación por situación de EPM
Adicionalmente, el profesor Pachón refirió a que Bogotá tiene zonas críticas en donde no hay monitoreo, por lo cual tener más estaciones, sin lugar a dudas implica “que podemos llegar a tener un mejor conocimiento de cuáles son los niveles de la calidad del aire en toda la ciudad, sobre todo, en las zonas en donde no ha habido, tradicionalmente, monitoreo de la calidad del aire”, añadió el experto en calidad del aire.
La calidad del aire hoy
Ahora, ¿cómo se encuentra la calidad del aire hoy? ¿Habría motivo de alarma? De acuerdo con el experto en calidad del aire, a raíz de la apertura progresiva de los diferentes sectores económicos en la ciudad, sumado a una época seca de días fuertemente soleados, sí han empeorados las condiciones atmosféricas, pero aún no hay motivo de riesgo.
“Yo creo que no es necesario despertar las alarmas frente a la calidad del aire. Lo que hemos percibido en los últimos días es que las zonas de la ciudad en donde tradicionalmente han habido problemas, han vuelto a surgir deterioro por el tráfico de gran intensidad y por la actividad comercial en la zona sur occidental de la ciudad. Pero el resto de la ciudad todavía se mantiene en buenas condiciones y la mayoría de las estaciones, incluso las del suroccidente, están bien”, finalizó diciendo el profesor, quien añadió que en estos momentos, a diferencia de hace cinco meses, no se están presentando problemas alusivos al material particulado proveniente de los incendios forestales.
“Por el contrario, el periodo de agosto es de fuertes vientos, lo que favorece muchísimo la calidad del aire en la ciudad. Agosto y septiembre no son meses críticos. Es posible que entre octubre y noviembre sí lo tengamos porque en esos meses las condiciones meteorológicas no nos favorecen, pero entre julio y septiembre es muy raro que se presenten alertas, pues hay muy buen viento y buenas condiciones”, finalizó diciendo a este Diario el profesor de la Universidad de la Salle.
Secretaría de Ambiente adelanta acciones
Por su parte, de acuerdo con la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, durante este año la Cartera de Ambiente ha revisado más de 5.100 vehículos, con el objetivo de verificar que cumplan con las condiciones ambientales, a la vez que ha realizado el sellamiento de 12 fábricas por superar la cantidad de emisiones atmosféricas.
Y por último, en el marco del propósito de reverdecer a Bogotá y velar por la protección de la biodiversidad del territorio, la Secretaría de Ambiente ha plantado más de 26.000 nuevos árboles, en el 2020.