Algunas veces, a las palabras se las lleva el viento y el recuerdo, más en un país como el nuestro en donde tenemos un nivel de recordación muy bajo; seguramente, debido a que cuando un escándalo por hablar de corrupción, un robo o algo por el estilo se da, por más que se haga ruido, no termina pasando nada, sin embargo y como dice el dicho, lo escrito, escrito está y siempre quedará.
Hoy día, el fútbol colombiano vive una de las crisis más complicadas de su historia, no hablo precisamente del regreso o no de la competencia de la Dimayor; al final, el problema de los clubes sin dinero no es nuevo, solo que era un problema que fácilmente podía esconderse en medio del dinámico acontecer nacional.
La peor de las crisis contempla la que atraviesa la Federación por culpa de un par de miembros del Comité Ejecutivo que son acusados por la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) por la reventa de boletas de las eliminatorias a Rusia 2018. Según la SIC, las pruebas que tienen son concluyentes y por tal motivo sanciona a estos personajes, además, el caso es enviado a la Fiscalía.
Los miembros de la Federación, dicen, se han dedicado las últimas semanas a preparar su defensa, dejando de lado el fútbol que en un mundo ideal es lo que debería importarles a estos señores, pero bueno no podemos hablar de mundos ideales.
Acá la situación es que están dilatando el proceso a más no poder, por un lado y según información entregada por la SIC hasta la semana pasada se notificaron los sancionados de la Federación ante el ente. Por otro lado, el Ministerio del Deporte exigió realizar una investigación a estos miembros de la Federación por parte de un Comité de Disciplina y curiosamente 2 de los 3 miembros, Miguel Córdoba y Arístides Betancur, renunciaron a su cargo, el tercero Pedro Sanabria está esperando una decisión de la Corte Constitucional para saber si puede seguir siendo magistrado.
Así que con vacantes en la comisión de disciplina no se puede avanzar en la investigación; claro, la Federación ha sido diligente y han nombrado al abogado Juan Camilo Cardona de Manizales para que remplace a Miguel Córdoba, dicen algunos que el nombre de este abogado fue presentado de una u otra manera por Álvaro González Alzate. Mejor dicho, los investigados están escogiendo a quienes los van a investigar.
En medio de una investigación, para escribir este artículo me encontré con una entrevista que este Diario le realizo a Saúl Velásquez el 19 de abril de 1993, titulada ¡Juro por Dios que fui amenazado! En esta entrevista el respetado empresario antioqueño Velásquez revela detalles de cómo Álvaro González Álzate lo “falseo” para quedarse con la presidencia de la Difútbol y también lo acusa de haberlo amenazado.
El contexto de las declaraciones se da en el marco de la llegada de Juan José Bellini a la presidencia de la Federación Colombiana de Fútbol, en donde se vio envuelto en enredos y según indica la investigación realizada por este Medio en ese entonces, en medio de todos siempre estuvo González Alzate, quien en ese momento fungía como fiscal de la Federación.
González Álzate fue acusado de amenazar a Velásquez con la intención de que este abandonara su cargo de presidente en la Difútbol. Curiosamente, después de que Velásquez renunciara González Alzate asumió como presidente de la Difútbol.
A continuación, traemos a colación algunas de las preguntas y respuestas que se publicaron en este diario.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál fue la verdadera causa que motivó su salida de la Difútbol? ¿Es cierto que fue por amenazas?
SAÚL VELÁSQUEZ: Toda la gente lo sabe. Yo ya dije eso, a mí me mandó a amenazar Juan José Bellini con Álvaro González.
ENS: Y Álvaro González, ¿por qué niega que fue portador de esa noticia?
SV: Usted sabe que la gente mala hace las cosas de tal manera que no quede ninguna huella. Como lo he dicho repetidas veces, esto es un problema de credibilidad. Que la opinión pública juzgue a ver si yo merezco más credibilidad que él… Es más lo que he dicho públicamente estoy dispuesto a reafirmarlo en la Fiscalía General de la Nación el día en que el Fiscal tenga a bien recibirme”.
ENS: La llegada de Álvaro González a la presidencia de Difútbol fue sorpresiva… ¿Usted pensó que su compañero de pupitre le llegaría a hacer el cajón?
SV: Yo quiero ser muy sincero lo que menos esperé en mi vida fue que “falsearan”.
ENS: ¿Por qué don Álvaro cambió de la noche a la mañana?
SV: El poder empalaga y la gente solo quiere es poder.
Como se dijo en algún momento en estas páginas, quienes dirigen el fútbol han perdido quizá lo más importante para poder realizar una buena labor, la calidad humana, traiciones, amenazas para quedarse con el poder, en el 93 Velásquez se atrevió a denunciarlo y lo exiliaron del fútbol.
ENS: ¿Usted se siente traicionado por la gente del fútbol?
SV: Vuelvo y repito… perdone la falta de modestia pero que triste que se haya perdido un directivo como yo.
Trayendo a colación la situación que hoy día se vive con la elección de los miembros del comité disciplinario, en los 90 Velásquez se refirió a una situación similar.
ENS: ¿Usted cree que un fiscal amigo del Presidente de la Federación puede fiscalizarlo como debe ser?
SV: ¿Usted qué cree? A mí me gustaría que eso se lo preguntaran al común de las gentes… a mí me da mucha risa…
ENS: ¿Quién más podría fiscalizar al fútbol?
SV: La impresión que me quedó después de los 10 años y medio que estuve en Difútbol y los tres y medio en el tribunal de apelaciones, es que el Gobierno nacional le tiene miedo al fútbol de Colombia. Ahí existe una teoría, un tal Tribunal del Deporte: ¿Qué es eso? No sé qué será eso, en los 10 años nunca lo sentí. Si realmente existiera el Gobierno, ya de hecho, hubiera tomado la bandera para iniciar una investigación como corresponde, frente a las demandas públicas que yo presenté.
ENS: ¿Una intervención estatal le vendría bien al fútbol colombiano?
SV: Ojalá la hubiera, para que le ponga seriedad. Lo que a mí me preocupa es que el fútbol colombiano no tiene quién lo regente.
Traer a colación esta entrevista con el doctor Saúl Velásquez es una muestra de que llevamos casi 27 años en las mismas, la Federación y el fútbol siguen en manos de los mismos, sin un órgano que realmente los fiscalice y los juzgue; si bien, ahora la Fiscalía y la SIC llevan casos en contra de algunos miembros de la Federación, tuvieron que pasar muchos años para que esto sucediera, el Ministerio del Deporte actuó como debía, sin saber que en la Federación iban a dilatar la investigación, al final como lo dijo Velásquez en su momento “el fútbol colombiano no tiene quién lo regente”.