El regreso del fútbol colombiano ha sido, sin lugar a dudas, el tema número uno en la agenda de los periodistas deportivos en los últimos días; al final llevábamos 6 meses sin informar quién hizo más goles, cómo formó un equipo o de especular, qué hubiese pasado si tuviéramos VAR y no solo a un árbitro que se equivoca. Al final, bueno o malo es nuestro fútbol, aunque han habido cambios en el último tiempo es la única disciplina en que nos hemos centrado.
La Superliga fue el primer bocado que tuvimos de lo que va a ser nuestro balompié en épocas de pandemia, jugadores que llegan luego de un receso largo, a veces sin ‘timing’, otras tantas sin medir la fuerza, pero al final comprometidos con su profesión, no se quejaron ni dijeron nada con el calendario propuesto por la Dimayor en donde los van a poner a trabajar en navidad y casi hasta Año Nuevo. Seguro están contentos de volver a los campos, pues antes se habían quejado porque tenían que jugar hasta el 18 de diciembre.
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Mejor dicho, al menos de puertas para afuera el retorno del fútbol logró unir a directivos y jugadores en pro de una causa, digo de puertas para afuera, porque aún no tenemos mucho conocimiento de qué vaya a pasar por ejemplo con el Cúcuta, que va a jugar en Armenia, que debe sueldos, o con el Pereira, que no tiene muy clara su situación económica, hasta ahora se han mostrado felices del retorno del fútbol, pero en casa pueden estar lavando una catajarria de ropa sucia.
Además del nivel futbolístico, el descontento de algunos equipos y lo que conlleva todo el espectáculo deportivo salió a flote una realidad que hasta el momento se había hecho evidente; inclusive, a comienzo de año usuarios e hinchas se habían mostrado inconformes pero que con la pandemia se había vuelto menos visible, hablo específicamente de los derechos del fútbol para la televisión, claro hay quienes los pagan y no tienen problema, los que no lo quieren pagar y sueltan improperios en redes sociales, así como a los que no les importa lo que pueda suceder, pues escuchan por radio o se esperan al resumen de los periódicos del día siguiente.
El problema ahora radica en que los periodistas que hasta el momento habían preferido guardar silencio frente al tema de los dueños de los derechos de la televisión, se dieron cuenta que ellos también se verían afectados por quienes son los “dueños” del fútbol.
Antes de iniciar esta explicación quiero decir que, los dueños de los derechos pueden hacer lo que quieran, al final están pagando una cantidad elevada de dinero, así que pueden cobrar lo que deseen por su producto, son los únicos dueños, amos y señores habilitados para poner los partidos de fútbol en televisión y la Dimayor así los ve, como los únicos capaces de transmitir el fútbol a todos los públicos y esto hay que aceptarlo, repito, pagaron por ello y pueden hacer lo que quieran, claro en el marco de la libre competencia, del respeto a los demás y de la legalidad.
Pero, ¿qué fue lo que pasó con los periodistas?
En medio del afán del regreso del fútbol colombiano la Dimayor decidió expedir un manual para los medios de comunicación en donde para no ir muy lejos que los únicos que podrán hacer algo son los periodistas que hicieran parte de la televisora dueña de los derechos.
Esto quiere decir, que todos los demás comunicadores no pueden hacer nada, bueno, pagar el canal Premium que ofrecen los licenciatarios y doblar en el caso de los que hacen radio y los de prensa; pues dedicarse a reportar lo que pasa en la televisión, digo, al final no es que esté muy lejos de lo que se ha hecho en los últimos años, los problemas económicos de los medios de comunicación ha llevado a que los eventos se cubran desde una redacción y no desde el lugar de los hechos.
Como dije anteriormente, está bien, al final ellos pagaron por unos derechos de televisión y pueden hacer lo que quieran con las transmisiones, lo que sí no se puede permitir es que no se les permita a los demás periodistas realizar su trabajo, El ejercicio del periodismo está protegido en Colombia por la Constitución, cuyo artículo 73 establece que “la actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional”.
Win Sports puede hacer lo que quiera con sus derechos de televisión, pueden cobrar lo que se les dé la gana -como dicen por ahí- por el producto que ellos tienen y las personas pueden aceptar o no las condiciones que pone el canal.
Lo que no se puede aceptar en ningún momento, es que sean ellos los únicos con permiso para ingresar a los estadios, se están coartando varias cosas con esta decisión de la Dimayor, la libertad de prensa, el derecho al trabajo, así como a la información y a la libre competencia.
Quiero creer que la Dimayor es la que está detrás del “protocolo de medios” y que WIN no tiene nada que ver con él; digo, no es como que WIN a comienzo de año haya querido erradicar con las zonas mixtas en donde los colegas podían hacer sus trabajos y volver a este espacio simplemente en un corredor en donde los jugadores pasaban sin hablar con la excusa de haber hablado antes para la televisión oficial.
Aquí hay varias dudas, si supuestamente este protocolo del regreso del fútbol es igual o mejor que el alemán -como le escuche a varias personas-, ¿por qué no están contemplados, en ningún lado, los miembros de la prensa distintos al canal oficial?
Por ejemplo en Alemania había posibilidad de que entrarán miembros seleccionados de la prensa escrita y los que pagaban los derechos de la radio podían ingresar. Pareciera que esa sección del protocolo teutón se la saltaron, o de pronto no la entendieron porque entender alemán es complicado.
Por ahora, está claro que la situación no va a cambiar, los jefes de prensa de los clubes van a tener que ingeniárselas para recibir vía Whatsapp las preguntas de los colegas, o encontrar una solución a esta situación, porque por más que quieran hacer parecer que es la mejor solución no la es. En México, por ejemplo, las ruedas de prensa se hacen vía Zoom y todos pueden participar y asistir, solamente digo, hay que ver ideas y posibilidades.
No creo que los colegas de WIN se molesten si, por ejemplo, en las ruedas de prensa pregunta cualquier otro periodista de otro medio, hace parte del ‘colegaje’, del respeto por la profesión y también, de la libre competencia.