TAN distantes -como los miles de kilómetros que separan a sus países- de volver a un grave conflicto como la Guerra Fría del siglo pasado se mostraron los mandatarios de Estados Unidos y China, Joe Biden y Xi Jinping, durante sus esperados discursos en la Asamblea de Naciones Unidas.
Sin nombrar a China, el presidente Biden centró gran parte de su discurso en los lineamientos que regirán su política exterior, en la que primará la diplomacia, el multilateralismo y el no conflicto. En este último sostuvo que se involucrará sí, y solo si es necesario y como un último recurso, por ejemplo, en el combate contra el terrorismo.
En su debut primera intervención ante la Asamblea de Naciones Unidas ayer, en la que también intervino, aunque telemáticamente su par Jinping, el presidente estadounidense esbozó las líneas generales de lo que considera importante y urgente en su agenda internacional. Así hizo referencia a lo que se espera de los talibanes en Afganistán, la posible solución para el conflicto palestino-israelí, el acuerdo nuclear con Irán, el uso del poder militar norteamericano cuando se amenace la seguridad nacional, la amenaza terrorista global, la unión mundial para luchar contra la pandemia del covid-19, así como la urgencia de duplicar el esfuerzo financiero internacional para mitigar los esfuerzos del cambio climático.
En su discurso tuvo también palabras para dos países latinoamericanos: Venezuela y Cuba. En ambos casos exaltó la lucha ciudadana por la democracia y anticipó que Estados Unidos mantendrá la presiones para que sea posible dicha transición hacia la libertad y el respeto de todos los derechos ciudadanos.
No se esperaba, como en efecto ocurrió, que se refiriera a la ‘crisis trasatlántica’ desatada por Aukus, la asociación estratégica militar que sorpresivamente firmó la semana anterior con Australia y Reino Unido, que desató el inconformismo francés por el incumplimiento de un contrato para vender submarinos y la ira china porque la considera un desafío en la región del indo-pacífico.
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Estos fueron los lineamientos expuestos por Biden en su primer discurso en la ONU:
1. Ante todo, diplomacia. En un mensaje directo, sin mencionar a país alguno, pero que estaba dirigido tanto a China como a sus aliados europeos que lo han acusado de cabalgar a menudo en solitario (como en el caso de Aukus), Biden sostuvo que “no queremos una nueva Guerra Fría o un mundo dividido en bloques rígidos". Insistió en el multilateralismo y la cooperación global fue enfático en señalar que “Estados Unidos va a participar en la competición y participar con vigor…Está dispuesto a trabajar con cualquier nación que se comprometa y busque una solución pacífica para compartir los desafíos, a pesar de que tenemos intensos desacuerdos en otras áreas", señaló en otra frase específica hacia su potencia rival.
2. Defensa de aliados. Biden insistió en el "regreso" de su país a la escena internacional como socio fiable y dijo que por ello “durante los últimos ocho meses he dado prioridad a la reconstrucción de nuestras alianzas, a la revitalización de nuestros socios y al reconocimiento de que son esenciales para la seguridad y la prosperidad duradera de Estados Unidos". Y bajo esa premisa sostuvo que "con nuestros valores y nuestra fuerza, vamos a defender a nuestros aliados y a nuestros amigos, y nos oponemos a los intentos de países más fuertes de dominar a los más débiles".
3. No involucrarse en conflictos, pero…El presidente Biden prometió al mundo distanciarse de los conflictos, así como trabajar por la democracia y las alianzas. Por ello sostuvo que, tras el fin de la guerra de Afganistán, “Estados Unidos está abriendo una nueva era de diplomacia" en la que el su país tiene previsto "aprovechar" su "poder" para "invertir en las vidas de las personas y renovar y defender la democracia, independientemente de las dificultades". Y en este aspecto envió un directo mensaje a los talibanes para que respeten los Derechos Humanos, los derechos de niñas y mujeres "para que puedan utilizar sus talentos" y "contribuyan" en la sociedad afgana a todos los niveles. También sostuvo que "de Centroamérica a Oriente Próximo, de Afganistán a África" Estados Unidos busca "condenar" la opresión de minorías religiosas -"nos da igual si pasa en Xinjiang o Etiopía"- y "defender" los derechos de las personas LGTBI para que vivan de "forma abierta". "Este es un momento de inflexión", especificó.
4. Lucha contra el terrorismo. Si bien dijo que su gobierno no busca intervenir en algún otro conflicto fue claro en señalar que enfrentará la violencia terrorista. Advirtió Biden que "no estamos en 2001 y que Estados Unidos no es el mismo de entonces…Está "mucho mejor equipado” para hacerle frente en todos los ámbitos, desde contrarrestar su propaganda y evitar que extremistas viajen a otros países hasta anular la financiación económica de estos grupos y responder, en caso de ser necesario, a cualquier acto demencial. "El terrorismo es real y golpea en todas partes”, enfatizó el mandatario al recordar el más reciente, el perpetrado por un miembro del Estado Islámico Provincia de Josarán en el aeropuerto de Kabul que segó la vida de 200 personas, entre ellos 13 militares estadounidenses. Así, Biden les pidió "no equivocarse" y aseguró que su país continuará defendiéndose a sí mismo y a sus aliados contra los ataques, también terroristas. Sin embargo, dijo que para ello deberá fijarse una "misión clara", que el poder militar ha de ser el "último recurso" y que se emprenderá “con el consentimiento informado del pueblo estadounidense y, siempre que sea posible, en asociación con nuestros aliados”.
5. Conflicto palestino-israelí. En otro acápite de su intervención reiteró el "incuestionable" compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel, al tiempo que abogó por un Estado palestino soberano. "Sigo creyendo que una solución de dos Estados es la mejor manera de asegurar el futuro de Israel como un Estado judío democrático, viviendo en paz junto a un Estado palestino viable, soberano y democrático", dijo. Sin embargo, admitió que "estamos muy lejos de ese objetivo en este momento, pero nunca debemos permitirnos renunciar a la posibilidad de progreso". Por último, pidió al mundo no quedarse "de brazos cruzados" ante conflictos como los de Etiopía y Yemen.
6. Volver al acuerdo nuclear. Biden reiteró ante la ONU que volverá "plenamente" al acuerdo nuclear con Irán si Teherán hace lo mismo. Señaló que Estados Unidos estaba "trabajando" con China, Francia, Rusia, Reino Unido y Alemania para "involucrar diplomáticamente a Irán y buscar un regreso" al Plan de Acción Integral Conjunto, que Estados Unidos abandonó en 2018. En cuanto a Corea, matizó que utiliza la "diplomacia" para lograr la total desnuclearización de la península. "Queremos que haya un plan con referencias concretas para que mejore la situación", indicó.
7. "Lucha" por la democracia. A los únicos países latinoamericanos a los que se refirió el presidente norteamericano en su discurso fue a Venezuela y Cuba, al destacar la “lucha “que ambos hay por la democracia. "El futuro pertenecerá a quienes abrazan la dignidad humana, no a quienes la pisotean", dijo al tiempo que condenó "a quienes buscan sofocar a su pueblo con mano de hierro", en un tácito mensaje a otras naciones del área. “La verdad es que el mundo democrático está en todas partes. Vive en los activistas anticorrupción, los defensores de los derechos humanos, los periodistas, los manifestantes por la paz, en la primera línea de esta lucha en Bielorrusia, Birmania, Siria, Cuba, Venezuela y en todas partes", afirmó Biden al tiempo que advirtió que “los autoritarios del mundo pueden buscar proclamar el fin de la era de la democracia, pero se equivocan”.
8. Covid y cambio climático. Sus palabras finales fueron para estos dos temas de gran inquietud mundial. Destacó que en el mundo hay “mucho dolor” por la pandemia que “todavía siega las vidas de muchas personas” y por ello abogó para que con “ciencia y voluntad política” los países se comprometan a “actuar ahora” para proporcionar vacunas, test diagnósticos, tratamientos y oxígeno para paliar los efectos. En este contexto pidió la creación de un mecanismo para "financiar la seguridad sanitaria mundial. Necesitamos un consejo que se ocupe de estas cuestiones, que esté armado para identificar futuras pandemias y tomar medidas de forma inmediata". Y, frente a la crisis climática, cada vez con más eventos extremos, que “ha puesto el foco en que la Humanidad está próxima a alcanzar "el punto de no retorno" hizo dos planteamientos: duplicar la financiación para enfrentar esta crisis y ser "ambiciosos" para lograr limitar el calentamiento global, lo que debe estipularse en la próxima cita de Glasgow.