El Congreso dio esta semana luz verde a la reforma tributaria propuesta por el actual Gobierno, que estará vigente al menos por los próximos cuatro años. Aunque la discusión del impuesto a hidrocarburos, así como de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados, patrimonio y tributación de empresas, enardecieron los debates de senadores y representantes a la Cámara, el grueso del proyecto fue aprobado y la conciliación será el próximo martes 8 de noviembre.
Lo primero que hay que resaltar es que el recaudo ya no será de $25 billones como se había planteado inicialmente, sino de $20 billones.
Entre tanto, la conciliación llega porque tanto en Cámara como en Senado, aunque se aprobaron la mayoría de artículos tal como el Gobierno los presentó en la última ponencia, se hicieron algunas modificaciones e incluso se incorporaron nuevos artículos, sobre los cuales el Congreso en pleno tendrá que ponerse de acuerdo.
Sin duda los colombianos, los gremios y los principales sectores de la economía están expectantes por cómo impactará esta reforma tributaria, que llega en medio de una inflación que sigue afectando el bolsillo de los hogares, un dólar que a la fecha sobrepasa los $5.000, sin mencionar el alto costo del crédito por cuenta de las decisiones de política monetaria que ha tomado el Banco de la República en su intento por contener la subida del IPC.
La inflación
Cabe mencionar que esta medida no es exclusiva de Colombia, sino que, por el contrario, es una decisión que han venido tomando los bancos centrales de todo el mundo para sobrellevar una crisis geopolítica, como la que se vive por cuenta de la guerra de Rusia en Ucrania, que terminó afectando desde sus países vecinos hasta todo el continente americano.
Y por supuesto para luchar contra la inflación, que tiene en alerta a diferentes países. Eso sin contar la posible recesión de la que han hablado algunos expertos, que afectaría a potencias mundiales, así como a economías emergentes como la colombiana.
De otro lado, varios analistas hablan de la incertidumbre que se tiene a nivel local, pues con los nuevos impuestos al sector minero energético muchos prevén una difícil situación económica, teniendo en cuenta que el petróleo representa gran parte de las exportaciones del país, y además genera sostenibilidad fiscal por las divisas.
El abecé
EL NUEVO SIGLO le cuenta el abecé de lo más importante de esta reforma tributaria. En primer lugar, el punto sobre el impuesto al sector de hidrocarburos, el más discutido y refutado por gremios y a su vez el más importante para el Gobierno, pues este recaudo sería cercano al 40% del total de los recursos.
Justamente esto es lo que para los voceros del sector es más injusto. Las empresas energéticas ya no podrán reducir las regalías del impuesto de renta. Además, tendrán la sobretasa del 5% hasta el 15%, dependiendo del precio internacional del petróleo.
“La combinación planteada de no deducibilidad de las regalías en el impuesto de renta, sumada a una sobretasa cuya fórmula, por la coyuntura de precios, será del 15%, es mortal. Esto porque la carga fiscal sería del 85%, de ahí la preocupación persistente”, dijo Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) a EL NUEVO SIGLO.
Por su parte, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, resaltó nuevamente en este punto que el gravamen es importante, ya que trata que los sectores que experimentan un gran auge internacional de precios, por las condiciones de la economía mundial, puedan contribuir en temas sociales a través de un impuesto extraordinario de renta y una no deducibilidad de las regalías.
“Impuestos saludables”
De otro lado, se aprobó, aunque con una gran discusión, el impuesto a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
De acuerdo con el Gobierno, con estos impuestos se busca desincentivar el consumo de alimentos que aportan poco a la nutrición y afectan la salud por su alto contenido de azúcar, sodio o grasas.
En las bebidas azucaradas el Congreso lo aprobó, aunque en una versión menos estricta: se cobrará a las bebidas que tengan un nivel de azúcar más alto del inicialmente propuesto.
Del lado de los alimentos, el debate se generó porque, según las bancadas del Centro Democrático y Cambio Radical, que votaron negativamente el proyecto de ley, este impuesto afectaría a los más vulnerables. En un principio la propuesta pretendía gravar el salchichón, por ejemplo, que desató toda una ola de críticas y fue excluido. Después la discusión se forjó porque se pondría un impuesto al pan, que finalmente tampoco quedó.
También fueron excluidos la leche, la miel, el bocadillo, las obleas, el dulce de leche. Sin embargo, los colombianos tendrán que pagar más por confitería, es decir, bombones, dulces, chocolatinas, entre otros.
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Hay que resaltar que en Senado se aprobó que los impuestos a estos alimentos empezarían a partir del 1 de septiembre, mientras la Cámara de Representantes votó para que el inicio sea a partir del 1 de noviembre del próximo año. Por lo tanto, este punto específico del artículo también irá a conciliación.
De acuerdo con Ocampo, la decisión de que el cobro no sea a partir del 1 de enero de 2023, como el resto de la reforma, es para mitigar el impacto que ya viven los colombianos por cuenta de la inflación.
Plataformas digitales
En cuanto al gravamen de las plataformas digitales, con una proposición realizada durante la plenaria de Senado se acordó que habrá un régimen de transición y que la tarifa en el impuesto de los ingresos totales será del 3% y no del 5%, como estaba presupuestado en la ponencia.
Por su parte, la Cámara de Representantes acogió esta misma medida, por lo que se logró disminuir este impuesto, comparado con lo que contemplaba inicialmente en el documento.
Cabe recordar que dentro de estas plataformas digitales se encuentran las de “streaming” o de música, así como aplicaciones de movilidad como Uber, InDriver, Didi o Beat.
Al respecto afirmó José Daniel López, presidente de Alianza In, que agrupa a plataformas web, que estas podrían ver reducidos sus ingresos con la reforma tributaria, pues se traduciría en mayores costos y aumento de tarifas.
“No hay ningún país en América Latina que tenga un impuesto digital específico como el que pretende crear la reforma tributaria”, agregó.
Por otro lado, el punto de cárcel a evasores también tuvo luz verde en el Senado y Cámara. La iniciativa fue acordada con las modificaciones de partidos de Gobierno. De acuerdo con estas, el ocultamiento de activos o la evasión superior a los $1.000 millones solo tendrá cárcel cuando la no tributación sea reincidente por tercera vez, mientras que el no pago de impuestos será desde los $100 millones.
Otros impuestos
El artículo de megapensiones tendrá que ir a conciliación, ya que en Cámara de Representantes fue aprobado mientras que en el Senado se cayó. Cabe recordar que esta propuesta tiene que ver con los beneficios a estas pensiones cotizadas en el exterior.
En cuanto a la proposición de la eliminación de los impuestos de plásticos de un solo uso, fue aprobado en las dos cámaras.
El impuesto a las iglesias se eliminó en Senado, mientras que en la Cámara fue aprobado, por lo que también hace parte del grupo de artículos que irá a conciliación.