Citado por el congresista de Cambio Radical David Luna, ayer se realizó, en la Comisión Primera del Senado, un debate de control político alrededor del Metro de Bogotá, al que asistió la alcaldesa Claudia López, quien en una detallada exposición no solo defendió esta obra, sino que reiteró su continuidad.

“La primera línea del Metro está contratada y todas sus características están expresamente detalladas en el objeto del contrato. No hay que ser doctor jurisprudencial para saber que lo que no se puede modificar de un contrato es su objeto. Y no es un objeto genérico; es un objeto específico. Fue mi compromiso como candidata y es hoy mi realización como alcaldesa, porque para eso nos hicimos elegir”. Dijo que se dará continuidad a la obra, pese a que refirió que ella también la habría preferido subterránea.  

“Para eso nos eligieron. Para que, en vez de parar la línea del Metro, esta siga. Un metro en Bogotá o en cualquier lugar del mundo es viable subterráneo o elevado. No es que sea o no sostenible. Técnicamente todo es posible. Pero hay decisiones políticas y económicas”, precisó, y agregó que “nos montaremos en la primera línea en el 2028 y en la segunda en el 2032”.

Para explicar su importancia, la alcaldesa explicó que la primera línea del Metro es como si comenzara en Cali (Kennedy y Engativá) y terminara en el Caribe; esta –hizo el símil– equivale a la población de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta juntas. “Y la segunda línea conecta el equivalente a esas tres ciudades juntas con Medellín, que es el equivalente a Suba y Engativá. De esa magnitud es el sistema Metro de Bogotá y por eso lo estamos discutiendo en buena hora”, precisó la mandataria.

Acto seguido aclaró el ‘fantasma’ de la financiación de la segunda línea y reiteró que nadie le quitará un centavo a esta obra, y que el contrato que así lo estipula será honrado.

“La segunda línea tiene $24,4 billones de aportes de la Nación y tiene $10,5 billones de aportes del Distrito y con el señor ministro estamos radicando la solicitud ante el DNP, hoy, para que se tramite el Conpes de garantía de la Nación, para que esa plata la podamos tramitar a través de créditos multilaterales. Y a este Congreso y a esta bancada le solicito, como alcaldesa de Bogotá, una tarea: antes del 16 de diciembre, luego de que aprobemos el Conpes de garantía de la Nación, este Congreso debe aprobar la incorporación de estos recursos de crédito multilateral en la Nación”, enfatizó la mandataria.

Por su parte, el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, comenzó su intervención señalando que el gobierno del cambio de Gustavo Petro también quiere metro ya.

“El presidente no se ha opuesto a las obras de Bogotá. Al contrario. Él le expresó a la alcaldesa que él quería que se hiciera una evaluación de cuánto podrían ser los costos de subterranizar un tramo de la línea 1 del Metro: la Caracas. Una evaluación que no era una exigencia ni una imposición. Así lo hicimos. Para él es preocupante el tema del impacto urbanístico y esa evaluación se entregará con los estudios simultáneamente el 8 de enero, pero el presidente no ha dispuesto cambiar el contrato, no ha ordenado afectar el cronograma sino que es una evaluación para que haya certezas. No fue una solicitud caprichosa”, indicó el ministro Reyes.  

No obstante, el ministro sí mandó la pulla de que la alcaldía de Gustavo Petro entregó un proyecto listo que se destruyó, que se reemplazó por uno nuevo y que retrasó e incrementó los costos del cronograma del metro subterráneo.

Importancia para la nación

En su exposición la alcaldesa también fue clara al advertir que cualquier tema de Bogotá es un tema de la nación, en tanto que Bogotá-Región equivale a un tercio del Producto Interno Bruto de Colombia, es el motor económico y de movilidad social del país, “y la primera línea del metro no solo es un sueño largamente esperado, sino que es una de las locomotoras que está jalonando la economía nacional”.

Acto seguido, la mandataria distrital dijo que el corazón del plan de infraestructura del que se está apalancando Bogotá es precisamente el sistema Metro de Bogotá y de ahí que vendiera esta obra como un proyecto de trascendencia para el desarrollo de toda Colombia.

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Solicitud de no tocar la primera línea

En defensa del Metro, la concejal Lucía Bastidas, de la Alianza Verde, indicó que la primera línea avanza y que el Plan Distrital de Desarrollo de este gobierno “debe enfocarse más en construir sobre lo construido y en aportarles a los sistemas masivos de transporte que necesitan un salvavidas del Gobierno nacional”.

“A la gente no le importa si es a nivel, si es bajo tierra o si es elevado, si nos da soluciones de movilidad inmediatas. Lo que necesitamos es montarnos en la primera línea del Metro. Soterrizar 9 km son 5,5 billones de pesos más que Bogotá no tiene”, dijo la concejal Bastidas.

Por su parte, el representante a la Cámara por el Centro Democrático, Andrés Forero, dijo que todo indica que el año entrante será recesivo “y creo que sería pegarse un tiro en el pie para el Gobierno frenar la obra de infraestructura más importante para Bogotá y para el país”, precisó.

Añadió que “el diseño final de la primera línea es toda elevada y pese a que hubiera querido parte del trazado subterráneo entendí que fuera elevado. Esta discusión que está dando el presidente es extemporánea y ya no tiene sentido plantearla. Hacienda ya dijo que no hay recursos adicionales para financiar sobrecostos. Todos tenemos que remar en la misma dirección y pensar en el largo plazo de la ciudad”, precisó el representante Forero.

En una réplica, el senador Miguel Uribe Turbay, del Centro Democrático, dijo que la alcaldía de Petro no dejó el proyecto listo, no tenía ingeniería de detalle o Confis; "muchas de las personas que aquí hablaron fueron las que demandaron el metro, así hoy lo reclamen como propio", concluyó.