Negociaciones posbrexit se acercan a un punto culminante | El Nuevo Siglo
Las negociaciones tienen como objetivo determinar las reglas para la nueva relación entre el Reino Unido y la UE que comenzará el 1 de enero de 2021.
AFP
Viernes, 20 de Noviembre de 2020
Redacción internacional

ESTA semana se inició una nueva y definitiva ronda de negociaciones para establecer un acuerdo posbrexit, pero tuvo que ser interrumpida a raíz de un caso de covid-19 y las tratativas debieron continuar a distancia.

Los plazos del Brexit han ido y venido, pero ahora es justo decir que se acerca el momento decisivo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).

Así las cosas y dado todo lo que ha estado sucediendo, es un buen momento para hacer un recuento de lo que está en juego y en qué instancia está el proceso.

Lo que está pasando

El Reino Unido abandonó la UE el 31 de enero, pero seguirá cumpliendo las reglas del bloque hasta finales de año. Estos 11 meses adicionales, “de transición”, se diseñaron para dar a ambas partes un respiro para negociar un acuerdo posterior al Brexit.

Tal acuerdo moldearía la relación futura del Reino Unido con sus vecinos europeos, en áreas clave como el comercio y la inmigración. Estas negociaciones tienen como objetivo determinar las reglas para la nueva relación entre los exsocios que comenzará, pase lo que pase, el 1 de enero de 2021.



Sin embargo, cualquier acuerdo necesitará obtener luz verde de los parlamentos de ambos lados, por lo que el tiempo apremia.

Las negociaciones se iniciaron en marzo, pero el progreso ha sido irregular. Durante el verano, el principal negociador de la UE, Michel Barnier, dijo que un acuerdo parecía improbable, mientras que el Reino Unido aseguró que no tenía miedo de retirarse de la mesa de negociaciones sin llegar a un acuerdo.

Las negociaciones están destinadas a acordar la nueva relación, incluido un acuerdo comercial, pero también reglas en áreas como el acceso a la pesca, la regulación de la medicina y la cooperación en materia de seguridad.

Como se recordará la transición es una fase que comenzó inmediatamente después del día del Brexit y finaliza 31 de diciembre de 2020 cuando el Reino Unido abandonará automáticamente los principales acuerdos comerciales de la UE como son el mercado único y la unión aduanera.

El mercado único significa que los países comparten las mismas reglas sobre los estándares de los productos y el acceso a los servicios, mientras que la unión aduanera es un acuerdo entre los países de la UE para no cobrar aranceles sobre los bienes de los demás.

Sin embargo, si no se logra el acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE a tiempo, se aplicarán impuestos y controles fronterizos a las mercancías del Reino Unido que viajen a la UE, según las reglas de la Organización Mundial del Comercio y el Reino Unido también decide qué aranceles y controles imponer a los productos de la UE. Estas medidas encarecerían y dificultarían la venta de los productos entre las dos partes, mientras que los controles fronterizos podrían provocar grandes retrasos en los puertos.

Incluso si se llega a un acuerdo comercial, éste no eliminaría todos los controles, por lo que las empresas deberán estar preparadas.

Cualquier acuerdo comercial que el Reino Unido establezca con países no pertenecientes a la UE, podrá comenzar a partir de que el país abandone definitivamente la unión, aunque los mismos partidarios del Brexit argumentan que no sería deseable una ruptura radical con Europa.

Caso de Irlanda

Después del Brexit, la frontera de 310 millas entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda será la única frontera terrestre entre el Reino Unido y la UE.

Todas las partes quieren evitar los controles fronterizos dada la historia previa de conflictos, sin embargo, encontrar una solución ha resultado muy difícil durante las negociaciones iniciales.

Theresa May, la anterior primera ministra británica, ideó un plan llamado "respaldo" irlandés, pero se vio obligada a renunciar después de que muchos de sus parlamentarios argumentaran que su acuerdo habría mantenido al Reino Unido demasiado estrechamente vinculado a la UE lo que afectaba su soberanía.

En octubre de 2019, Boris Johnson, actual primer ministro y sucesor de May, eliminó dicho respaldo y lo reemplazó con el Protocolo de Irlanda del Norte, bajo el cual este último continuaría siguiendo algunas reglas de la UE, haciendo innecesarios los controles fronterizos.

Pese a lo anterior esto significa que ciertas mercancías que lleguen a Irlanda del Norte desde otras partes del reino como Inglaterra, Escocia o Gales, deberán ser revisadas para asegurarse de que cumplen con las normas de la UE y si es necesario que paguen impuestos que se reembolsarán si las éstas permanecen en Irlanda del Norte y no hay ningún movimiento hacia la República de Irlanda.

Adicionalmente y como es sabido las conversaciones se han visto ensombrecidas por la crisis del coronavirus cuando tenían que realizarse a través de un enlace de video, aunque esa no es la única razón por la que persisten grandes desacuerdos después de meses de negociaciones.

Cuestiones pendientes

Si se llega a un acuerdo de libre comercio ahora, no será particularmente ambicioso. No ha habido tiempo para ir por mucho más que un modelo básico.

Pero incluso con estos objetivos limitados, los negociadores se han estrellado contra una pared de ladrillos en algunos temas fundamentales.

En primer lugar, existe lo que se conoce como igualdad de condiciones. Eso significa medidas para garantizar que las empresas por un lado no tengan una ventaja injusta sobre sus competidores por el otro.

Todos los acuerdos comerciales tienen tales medidas, pero la UE quiere que el Reino Unido se adhiera particularmente a las normas de la UE en aspectos como los derechos de los trabajadores, las regulaciones ambientales y, especialmente, las ayudas estatales. A este respecto el Reino Unido ha presentado una dora oposición alegando que el objetivo del Brexit era liberarse de las reglas comunes y aceptar estas condiciones minaría su objetivo principal con la medida.

Luego está la pesca. La UE está presionando por un acceso máximo para que sus barcos sigan pescando en aguas del Reino Unido pero los negociadores británicos dicen que su país es un Estado costero independiente y dará prioridad a sus propios barcos. La cosa se complica considerando que, si no hay un acuerdo sobre el acceso a las aguas de pesca, se prevé que el Reino Unido no tendrá acceso completo al mercado de la UE para vender su pescado allí.

Aunque la pesca representa solo una pequeña parte de la economía en ambos lados, fue una gran parte de la campaña que ganó el referéndum Brexit en 2016 y esa circunstancia hace que sea difícil ceder.

Una tercera área de desacuerdo es lo que se describe como la gobernanza de cualquier acuerdo futuro. En parte, se trata de la estructura general de cualquier acuerdo, pero también de cómo se aplicaría cualquier nuevo acuerdo y del papel del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.

Por lo tanto, hay muchos problemas que resolver y normalmente se necesitan años para cerrar un trato comercial. Pero a este proceso solo le quedan unas semanas.

Si no se finaliza un acuerdo comercial para fin de año, el Reino Unido no tendrá ningún acuerdo formal con la UE, que representó el 43% de sus exportaciones en 2019 y el 51% de las importaciones.