Por Óscar Munévar Forero
Enviado especial EL NUEVO SIGLO
Inglaterra, Francia, España y Brasil han demostrado ser las selecciones mejor armadas y con un fútbol que convence, por lo menos al comenzar la fase eliminatoria de este raro Mundial hecho en un desierto donde en tan sólo cuatro años se construyeron ocho estadios para albergar a 32 selecciones.
Hace menos de 18 meses los cataríes tenían ganas, pero no contaban con los escenarios, no había metro, no tenían nada más que la plata, pero en efecto el dinero lo puede todo y hoy hay lugar a afirmar que Catar cuenta con los más bellos escenarios del mundo para la práctica del futbol, aunque después de este certamen cuatro de estos estadios se convertirán en centros comerciales y locales para el comercio de esta parte del mundo.
Pero vamos a lo deportivo. Si mencionamos estas cuatro selecciones es porque en efecto han mostrado hasta el momento el mejor fútbol que se haya podido jugar en esta primera fase. Inglaterra acabó de entrada a los iraníes y prácticamente los relegó al tercer lugar en la tabla: ese 6-2 deja sin aliento a cualquiera; claro que sí mereció ese marcador y a lo mejor mucho más, pero esto es fútbol y por ahí se levantan los del Asia Occidental y la fortaleza mental que tiene uno de los temas territorios más grandes del mundo y hacen cualquier cosa, pero los ingleses saben que tienen una de las ligas más fuertes del mundo y que deben validar en el campo de juego lo que hacen en su Premier. Ellos son favoritos en todos los mundiales y que no lleguen será por cosas del futbol, pero que tienen un buen equipo que dará la pelea, de eso podemos estar seguros, así frente a Estados Unidos no hayan lucido tan solventes y se hayan ido con un lánguido 0-0.
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En el caso de Francia, campeón reinante, es un conjunto equilibrado en casi todas sus líneas, tienen jugadores muy valiosos por toda Europa actuando con los grandes del planeta, entre ellos en España, Inglaterra e Italia –que no está en este Mundial y hacen falta porque son animadores de los poderosos grandes clubes del mundo–. Pero por donde se les mire, los galos dieron una demostración de buen pie e inteligencia a la hora de enfrentar a los australianos, de los que se deshicieron con mucha facilidad con un contundente 4-1. Los de la torre Eiffel no sufren por ahora, están tranquilos y nadie los tiene como grandes favoritos, pero ellos se las traen a pesar del gran número de jugadores lesionados y piensan que es mejor ir despacio que muy a la carrera.
España –que cree tener una buena liga y nadie les diría que no, pues cuentan con el equipo más reconocido a nivel mundial: Real Madrid– trajo un conjunto más o menos equilibrado, pero no podríamos decir que le vimos el potencial. Enfrentó a un equipo como Costa Rica, que fue presa fácil de digerir, así que no podemos negar que son los superpoderosos y, como dijeron los mismos comentaristas ibéricos, no podemos cantar victoria porque no hubo rival al frente: esa presentación de La Roja solo fue un concierto sin la totalidad de los músicos y un director que no se esforzó para mostrar qué había traído. Nos quedaron debiendo.
Ante las frustraciones de la primera salida de Argentina y Uruguay, alguien tenía que sacar la cara por la tierra donde se vio nacer a los mejores jugadores del mundo: Pelé, Gerson, Carlos Alberto, Rivelino, Tostao, por solo nombrar algunos, sin dejar de reconocer a Maradona y Messi como los sucesores de los de la corte de Pelé, que sin lugar a dudas fue uno de los grandes, aunque otros dicen que Garrincha era mejor que Edson Arantes do Nascimento –esas son siempre las peleas–. Pero Brasil demostró que tiene categoría, que por lo menos en este Mundial quiere cambiar la vieja manía de defender y defender y llegar a una final sin marcar muchos goles.
Tite decidió salir a atacar a la vieja usanza, con cinco delanteros. Colocó a Casemiro como el hombre que recogía a todo el mundo y mandó a Vinicius, Neymar, Richarlison, Paquetá y Raphinha, todos en busca del arco adversario. Se demoraron su rato, pero consiguieron el objetivo: derrotar a Senegal, un equipo fuerte, pero que respetó a la auriverde.
Si ustedes creen en esto les podría decir que estos cuatro equipos, viniendo de sus respectivos grupos, podrían llegar a la semifinal y de ellos, dos a la final, pero por ahora hagan cuentas y sigan viendo fútbol, que es lo bueno.
Ahora, no se puede descartar que haya alguna sorpresa, bien sea porque alguno de los cuatro quede eliminado o porque aparezca un seleccionado revelación.