Urgen reducir en 6% la producción de combustibles fósiles | El Nuevo Siglo
UN LLAMADO a reducir la producción de combustibles fósiles a un ritmo que esté en línea con los objetivos de París, hicieron expertos.
/ONU Medio ambiente
Viernes, 4 de Diciembre de 2020
Redacción Medio Ambiente

Los países planean aumentar su producción de combustibles fósiles durante la próxima década, incluso cuando las investigaciones muestran que el mundo necesita disminuir la producción 6% cada año para limitar el calentamiento global en 1,5°C, según el Informe sobre la Brecha de Producción 2020.

El informe, lanzado por primera vez en 2019, mide la brecha entre los objetivos del Acuerdo de París y la producción planificada de carbón, petróleo y gas de los países, y concluye que la “brecha de producción” sigue siendo grande: en 2030 los países planean producir más del doble de la cantidad de combustibles fósiles de lo que sería consistente con un límite de temperatura de 1,5°C.



La edición especial de este año analiza las implicaciones de la pandemia de covid-19 y las medidas de estímulo y recuperación de los gobiernos en la producción de carbón, petróleo y gas. El reporte es lanzado en un potencial punto de inflexión, cuando la pandemia provoca una acción gubernamental sin precedentes y las principales economías, incluidas China, Japón y Corea del Sur, se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero.

“Los devastadores incendios forestales, inundaciones, sequías y otros eventos climáticos extremos que se están experimentando este año sirven como recordatorios poderosos de por qué debemos tener éxito al abordar la crisis climática. Mientras buscamos reiniciar las economías después de la pandemia de covid-19, invertir en energía e infraestructura bajas en carbono será bueno para el empleo, las economías, la salud y el aire limpio”, afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

“Los gobiernos deben aprovechar la oportunidad de desviar sus economías y sistemas energéticos de los combustibles fósiles y reconstruir mejor hacia un futuro más justo, sostenible y resiliente”, añadió Andersen.

El informe fue elaborado por el Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI), el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD), el Instituto de Desarrollo de Ultramar, E3G y el Pnuma. Docenas de investigadores de numerosas universidades y organizaciones de investigación contribuyeron al análisis y revisión.

“La investigación deja muy claro que enfrentamos una alteración climática severa si los países continúan produciendo combustibles fósiles en los niveles actuales, y será aún peor con los aumentos planeados”, dijo Michael Lazarus, autor principal del informe y director del Centro de SEI en Estados Unidos.

“El informe es igualmente claro sobre la solución: políticas gubernamentales que reduzcan tanto la demanda como la oferta de combustibles fósiles y apoyen a las comunidades que actualmente dependen de ellos. Este informe ofrece los pasos que los gobiernos pueden tomar hoy para una transición justa y equitativa lejos de los combustibles fósiles”, indicó Lazarus.

Hallazgos

Para seguir una ruta constante hacia el objetivo de 1,5°C, el mundo tendrá que reducir la producción de combustibles fósiles en aproximadamente 6% por año entre 2020 y 2030. En cambio, los países están planificando y proyectando un aumento anual promedio de 2%, que para 2030 resultaría en más del doble de la producción consistente con el límite de 1,5°C.

Entre 2020 y 2030, la producción mundial de carbón, petróleo y gas tendría que disminuir anualmente 11%, 4% y 3%, respectivamente, para ser consistente con la vía de 1,5°C.

La pandemia de COVID-19, y las medidas de confinamiento para detener su propagación, han provocado caídas a corto plazo en la producción de carbón, petróleo y gas en 2020. Pero los planes anteriores a la COVID-19 y las medidas de estímulo posteriores apuntan a que continuará la creciente brecha mundial de producción de combustibles fósiles, con el riesgo de graves alteraciones climáticas.

Hasta la fecha, los gobiernos del G20 han comprometido más de 230 mil millones de dólares para los sectores responsables de la producción y el consumo de combustibles fósiles en sus medidas de la pandemia, mucho más que para la energía limpia (aproximadamente 150 mil millones de dólares). Los formuladores de políticas deben revertir esta tendencia para alcanzar los objetivos climáticos.

“El impacto en la demanda a causa de la pandemia y la caída de los precios del petróleo este año han demostrado una vez más la vulnerabilidad de muchas regiones y comunidades dependientes de los combustibles fósiles. La única forma de salir de esta trampa es la diversificación de estas economías más allá de los combustibles fósiles. Por desgracia, en 2020 vimos a muchos gobiernos duplicar el consumo de combustibles fósiles y afianzar aún más estas vulnerabilidades”, dijo Ivetta Gerasimchuk, autora principal del informe y líder de suministros de energía sostenible en el IIDS.

En cambio, los gobiernos deberían dirigir los fondos de recuperación hacia la diversificación económica y una transición a energías limpias que ofrezcan un mejor potencial económico y laboral a largo plazo. Este puede ser uno de los compromisos más desafiantes del siglo XXI, pero es necesario y alcanzable”, añadió Gerasimchuk.