Si las previsiones de los mercados y analistas se hacen realidad, el Banco de la República en su reunión del próximo viernes, que será la última del año, va a incrementar las tasas de interés en 0,5% hasta dejarlas en 3%.
Hace menos de tres meses, cuando la Junta Directiva del Banco de la República empezó a ajustar la tasa de intervención desde su mínimo histórico, su intención era que el proceso de normalización de la política monetaria fuese paulatino.
Sin embargo, esa intención de gradualidad tuvo que abandonarse solo un mes después, con un ajuste de 50 puntos básicos en noviembre pasado. Desde entonces, los determinantes de la decisión se han inclinado todavía más al alza.
“Como resultado, y pese a que no obtendría la mayoría, creemos que este viernes la opción de incrementar la tasa en 75 puntos básicos o en el mejor de los casos 50 puntos estará sobre la mesa”, señalan los investigadores del Bancolombia.
Los factores que llevarían a que la mayor contundencia sustituya la gradualidad como guía de la política monetaria son múltiples. El primero es que la inflación se ha acentuado, y sus perspectivas para 2022 son cada vez más inquietantes.
Luego de la sorpresa alcista en octubre, el equipo técnico del Emisor ajustó su estimación de variación del IPC para el cierre de año de 4,8% a 5,3%. Este cambio, así como los ajustes en los costos laborales, implicarán que el efecto de la indexación será más pronunciado en 2022. A su vez, esto incidirá en las expectativas de inflación tanto del primer trimestre como en las del resto del próximo año.
Inflación
Al respecto, vale la pena mencionar que la inflación de 12 meses implícitos en el mercado de renta fija es 4,5%. Este es un nivel muy alto si fuera cierto que la inflación se ha incrementado por razones transitorias. A lo anterior se suma que las presiones de precios provenientes del resto del mundo siguen a la orden del día.
El referente más claro es el de EE.UU., en donde el mes pasado la inflación anualizada llegó a 6,8%, el mayor registro desde 1982. Pero, más preocupante que el dato total, es que en noviembre se evidenció que rubros claves como la vivienda y aquellos en donde los aumentos de precios son más persistentes se han acelerado de forma alarmante.
Lo mencionado no solo puede llevar a que la inflación siga alta en EE.UU. por un tiempo adicional, sino que también puede ser una advertencia de lo que podría ocurrir en Colombia el próximo año. Esto, ya que en la economía estadounidense los precios ya no están subiendo solo por choques de oferta, como fue el caso hace algunos meses.
Aparte de esto, se mantiene la escasez de insumos y bienes finales y la depreciación del peso frente al dólar, todo lo cual puede implicar una mayor inflación importada en nuestro país. El segundo factor que sustenta un ajuste más contundente de la política monetaria es que la economía sigue avanzando a paso firme, impulsada por el dinamismo del consumo interno.
De acuerdo con el índice NowCast Bancolombia en su serie original, en el periodo septiembre-noviembre la actividad productiva en Colombia creció 11,2% anual, tasa inferior al 12% que se estimaba para el trimestre móvil anterior.
Variaciones
No obstante, esta moderación en las variaciones interanuales responde a una atenuación del efecto de la base de comparación. De hecho, las variaciones frente a 2019 se aceleraron de 4,3% entre agosto y octubre a 5,9% entre septiembre y noviembre. Esta última es la variación bianual más alta en lo que va de 2021.
“Lo anterior nos lleva a reafirmar nuestra perspectiva de que en 2021 el PIB de Colombia crecerá a 10”, sostienen los investigadores.
En lo que respecta a la demanda privada, es de destacar que las compras de los tarjetahabientes Bancolombia crecieron en octubre y noviembre a tasas de dos dígitos en relación con 2019 (14,9% y 13,1%, respectivamente).
Estos son los avances más pronunciados desde que empezó la pandemia, lo que se complementa con el hecho de que la última jornada sin IVA ha sido el día de mayores ventas para el comercio colombiano en su historia. Mientras esto ocurre, un tercer factor relevante para las decisiones del Emisor se ha intensificado. En efecto, entre julio y septiembre el déficit en cuenta corriente llegó a 6,4% del PIB.
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En la historia reciente este nivel solo se superó en 2015, a raíz del desplome en los precios del petróleo. Este resultado, que se explica principalmente porque el saldo en rojo en bienes y servicios aumentó hasta 7% del PIB, deja a la economía colombiana expuesta a un deterioro en las condiciones financieras globales.
A su turno, esto ocurriría por efecto de una reducción más acelerada de las compras de activos por parte de la Reserva Federal, dado el panorama inflacionario.
Estabilidad
Por lo tanto, en aras de promover la estabilidad macroeconómica la postura de política monetaria debería tornarse menos expansiva. Desde lo cualitativo, las razones para acelerar el ritmo de ajuste de la tasa de intervención son evidentes. Para corroborar esta perspectiva, hay varios aspectos para el comportamiento de la tasa de intervención para lo que queda de 2021 y 2022.
La nueva información el modelo sugiere que el ritmo de ajustes debería acelerarse durante las próximas cuatro sesiones de la Junta Directiva del Emisor. En particular, para la reunión de este mes el ajuste recomendado es de 0,75%.
Señalan los economistas que “los acontecimientos de las últimas semanas nos llevan a considerar que las opciones por las cuales votarán los miembros de la Junta en la última reunión del año serían un aumento de 50 o uno de 75 puntos. Hemos mostrado que, desde el punto de vista técnico, se debería optar por este último, lo que implicaría un alza de magnitud inédita en la historia reciente. Prevemos que, al término de esta, prevalecerá por mayoría simple un alza de 0,5% y que en los primeros meses de 2022 tal ritmo continuará. En ese sentido, la contundencia le seguirá ganando el pulso a la gradualidad”.
La encuesta de ANIF
En una reciente encuesta de ANIF, el 100% de los consultados concuerda con que el Banco de la República (BR) incrementará la tasa de intervención en 50 puntos básicos. Como ha sido tendencia durante casi todo el segundo semestre del año, ningún analista prevé que se mantendrá inalterada la tasa de intervención.
Por otra parte, otros analistas opinan que el BR debería aumentar la tasa en 50 puntos, pero que efectivamente lo hará en 25 puntos; la institución restante en brecha política sugiere que el aumento debería ser de 75 puntos y que efectivamente se hará por 50 puntos.
La única y restante entidad que se encuentra en brecha técnica afirma que el BR debería incrementar la tasa en 25 puntos, pero que lo hará en 50. Actualmente hay un alto grado de consenso respecto de lo que hará el BR y, aunque algunos de los indicadores económicos muestran una buena recuperación, el grado de incertidumbre en cuanto al impacto de la nueva variante ómicron y su efecto en la reactivación de la actividad productiva aún persiste. Adicionalmente, la autoridad monetaria deberá estar atenta de lo que sucederá en el ámbito internacional, tanto en la esfera política como económica, en el cierre de 2021 y el inicio de 2022.