Todo queda entre compadres
El expresidente Álvaro Uribe publicó en sus redes sociales un recorte de prensa que daba cuenta del bautizo, en octubre de 2009, de un hijo del senador Roy Barreras, ceremonia en la que el exmandatario ofició como padrino. Obviamente, el sacramento se impartió en la capilla de la Casa de Nariño. Al rememorar el acontecimiento, Uribe comentó: “Voy a hablar con mi ahijado para decirle que yo no soy tan malo como dice el compadre”. Por su puesto, la divulgación dio para todo tipo de comentarios, incluyendo el de la senadora Paloma Valencia, quien escribió: “Cómo cambia la gente… Roy Camaleón”. “¡Sí, Paloma!”, respondió Barreras: “¡Cómo cambia la gente! Eso les recordó Juan Manuel Santos: solo los idiotas no cambian de opinión cuando están equivocados”. De otra parte, Barreras expresó: “¡Ánimo furibistas! Si el ejercicio onanista del matoneo los hace sentir mejor, yo lo recibo con la paciencia del contradictor respetuoso”.
Le cayeron a Mac Master
Que empresarios y dirigentes de izquierda se saquen chispas es normal, dado que en muchas posiciones se encuentran en las antípodas. Así lo prueba el contraste publicado en esta edición entre el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), Bruce Mac Master, y el senador opositor Jorge Enrique Robledo. Pero no ocurre con frecuencia que la defensa de los intereses gremiales choque con escuderos del establecimiento. A raíz de declaraciones de Mac Master publicadas el fin de semana, en las que palabras más palabras menos llama populistas a los congresistas, el dirigente fue criticado por voceros del uribismo. Por una parte, el representante Christian Garcés, del Centro Democrático, que ayer se reunió en Cali con la bancada de congresistas del Valle del Cauca, informó que los demás legisladores de su región acogieron “nuestro rechazo a la falta de respeto” de Mac Master. Pero el presidente del Senado, Ernesto Macías, fue más allá recordando que fue “funcionario del gobierno Santos de ingrata recordación”. Macías anotó que Mac Master “hace graves acusaciones al Congreso porque cree que se afectaron sus intereses”, pero que “se equivoca cuando critica el trámite de un proyecto que se discutió durante tres meses”.