Nuestro país se aboca a una circunstancia bastante riesgosa y es entregarlo a manos inescrupulosas que tienen un plan bien estructurado para quedarse definitivamente con el poder, algo igual a Venezuela, Cuba, Nicaragua y hacia dónde van Perú y Chile. Con nuestra extensión territorial, población y riqueza, el continente va engrosando gobiernos socialistas de corte populista y totalitario, para así cumplir el proyecto del Foro de San Pablo y la propuesta chavista del Socialismo del Siglo XXI como herramienta efectiva.
En efecto Colombia es la “Joya de la Corona”, por ser el país de mayor tradición democrática del continente, por extensión, por ser uno de los más ricos en recursos naturales, industria, comercio, agricultura, ganadería y pesca. Sumado a lo anterior una población trabajadora y de gran iniciativa. Aparte de lo indicado, somos el pivote de Latinoamérica, ya que es la puerta de ingreso a Suramérica y salida a Centro y Norteamérica, nos bañan dos océanos y enormes ríos.
Con este cuadro de realidades, esa tendencia socialista ha tomado inusitada fuerza, sin ser aun vencedora, pues el Estado de Derecho y quienes defendemos la democracia, las libertades, la empresa, la propiedad, la vida y la familia, quienes creemos en la riqueza con justa repartición y no en la pobreza generalizada, estamos trabajando comprometidamente de manera ardua para sostener lo construido en más de dos siglos de vida republicana.
El 29 de mayo se definirá la primera vuelta presidencial, por lo tanto, es responsabilidad nuestra el destino de Colombia, pues si nos dejamos llevar por el odio, la retaliación y las falsas promesas, será una suerte impensable en años venideros, pues nunca antes en nuestra historia hemos corrido riesgo tan amenazador como el que se avecina dentro de tres días.
La premisa de lucha de clases y condiciones donde se le quitará a los que tienen, para darles a los que no tienen es la peor falacia, pues quien ha conseguido su capital y sus propiedades a punta de esfuerzo y trabajo de muchos años, no tiene por qué compartirla con quienes no lo han hecho. Una cosa es ayudar a los más desposeídos a mejorar sus condiciones de vida, a obtener sus bienes e ingresos que le proporcionen una vida mejor, a que también alcancen la riqueza, pero esto se hace brindando oportunidades de trabajo y producción, no es quitándoles a los otros, ese es el principio del “ladrón”, que se apropia de lo que no es suyo con el menor esfuerzo.
Por las anteriores razones y muchas otras, es ¡ahora o nunca! la defensa de nuestra patria, que bien sabemos no es perfecta, pero ha sido estable aun los innumerables problemas por los que hemos pasado. Por tal motivo, como colombiano y demócrata que amo a mi país donde nací, he vivido y espero morir, invito a los colombianos a que votemos por Fico Gutiérrez como la sana alternativa real de una propuesta coherente y conveniente para Colombia.
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