Por medio de la prensa, me logré enterar de algunos temas contentivos del informe que sobre la Policía Nacional de Colombia rindieron los exministros Carlos Esguerra Portocarrrero y Luis Fernando Ramírez Acuña, junto al doctor Jorge Hernando Cárdenas Santamaría, componentes de la Comisión de alto nivel para el fortalecimiento de la institución, nombrada por el Presidente de la República.
Los resultados plasmados en un documento, hasta el momento desconocido, pero expuesto superficialmente por el diario El Tiempo y que aspiro a conocer en detalle si el mando institucional tiene a bien facilitarme su estudio detallado, muestra una serie de conceptos bien aterrizados y lógicos, pues reconoce estadios especiales a futuro en la Policía, como son el pasado proceso de paz, el posconflicto y la aplicación del Código Nacional de Policía y Convivencia. Son variadas las observaciones deteniéndose en aspectos como la incorporación, aconsejando estudios analíticos y exigentes para cada aspirante a ingresar a la institución, asunto de gran importancia pues la experiencia nos ha dejado fatales enseñanzas, como fueron las incorporaciones exprés, que en un pasado reciente, debió efectuar la Policía Nacional, para cumplir compromisos de los gobiernos, en cuanto a presencia operativa en diferentes sectores.
Vinculaciones que obligaron a violentar los protocolos existentes en materia de incorporación. Bueno sentir que esas fallas salen a flote y obligan a establecer sistemas rigurosos e inviolables.
Se refiere también el documento a la planta de personal, recomendando mantenerla e inclusive aumentarla, pero sustentado el incremento en el respaldo del Ministerio de Hacienda, para contar con apoyo presupuestal en las diferentes aéreas afectadas por decisiones en ese sentido, como son sanidad y bienestar. La financiación del servicio no escapó al ojo avizor de la comisión, que sugirió revisar los presupuestos departamentales y municipales, para buscar recursos financieros encaminados a fortificar tecnológica y operativamente la institución. La presencia femenina está bien direccionada según la comisión y sustenta en las mujeres policías un acercamiento a la ciudadanía, acompañada de excelente imagen corporativa, lo que estimularía su incremento en las filas, para servir espacialmente en la calle y lugares de atención privilegiada.
Como vemos la institución necesita ciertos ajustes o reingeniería en determinado puntos sobresalientes, debidos a la evolución normal que con el tiempo empuja las sociedades, pero su filosofía y doctrina seguirán direccionando la función policial por años de los años. Siempre serán motivo de preocupación la identidad y cercanía de la comunidad con su institución policial, encargada de velar por la seguridad, honra y bienes de los asociados. Con desconsuelo leo en los medios términos que en nada le ayudan a la institución, invocando vocablos como revolcón, crisis, etc.
Nota: De nuevo luto policial, hoy por la muerte del mayor Carlos Augusto Hurtado Correa.