Lo acaba de advertir XM, la empresa responsable de la operación del Sistema Interconectado Nacional (SIN) y de administrar el Mercado de Energía Mayorista (MEM): “en dos años, si hay un fenómeno del Niño, Hidroituango no entra, las renovables se siguen retrasando y la demanda crece por encima del escenario medio de la Unidad de Planeación Minero-energética (UPME), vamos a racionar. Desde ya lo decimos”. ¿Y qué es lo que está pasando? ¿Cuál es el peligro que nos acecha, que nos lleva a que el estresado Sistema energético del país esté en estado de alerta naranja?
Como es bien sabido, el megaproyecto de Hidroituango tiene un atraso de cuatro años para la entrada en operación de las 8 unidades, de 300 MW de potencia cada una, para completar los 2.400 MW, que representan el 17% de la capacidad instalada de generación. A muy pocos días de cumplirse el segundo plazo que le extendió la Creg a EPM para el arranque de las dos primeras turbinas, el Gerente de la empresa Jorge Andrés Carrillo oficializó la solicitud de un plazo mayor, esta vez indefinido. La Creg aún no se ha pronunciado y el proyecto sigue en ascuas, con más dudas que certezas.
De otra parte, como resultado de las tres subastas que han tenido lugar en las que se ofertaron otros 2.400 MW, aproximadamente, esta vez a partir de la generación de energía renovable por parte de 16 parques eólicos que se han de instalar en La guajira, que cuenta con el mayor potencial tanto de energía eólica como solar – fotovoltaica. Pero, para la operación de estos proyectos y la inyección de la energía que se genere al Red de transmisión nacional (RTN) se requiere disponer de una Estación colectora, que se instalará en el Municipio de Uribia.
No obstante, la ejecución de los proyectos de la Colectora y la red de transporte de la energía hasta la Subestación de Cuestecitas tienen un atraso mayor, a tal punto que según el Presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB) Juan Ricardo Ortega, responsable de los mismos, si se radica el estudio de impacto ambiental (EIA) ante la Autoridad de licencias ambientales (Anla) el próximo año, la obra estaría lista en 2024”. Serían dos años de atraso. Y eso siempre y cuando se concluyan con éxito las consultas previas pendientes. Así las cosas, mientras no se supere este impasse, la energía que llegue a generarse en los parques eólicos quedará atrapada en ellos, trocándose en parques de ventiladores.
No hay que perder de vista que los episodios que ha tenido el país de racionamiento del servicio de energía, todo ellos, han tenido como causa – raíz el atraso en la ejecución de proyectos claves como lo son estos dos. En todos los casos lo que precipitó el racionamiento fue el fenómeno del Niño, fenómeno extremo que se debe al cambio climático, que es recurrente, cada vez más frecuente, más intenso y duradero. A ello estamos expuestos nuevamente y no contamos con un Plan B.
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