ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Julio de 2014

Juan Valdez y Starbucks

 

“No hay preocupación porque se trata de aumentar el consumo del café”

Cuentan que hace bastantes años, cuando la Federación de Cafeteros tenía como política la de propiciar que el café colombiano se colocara en los mercados mundiales, era reacia a la comercialización al detal. Por tal razón, dizque, no aceptó la invitación que le hicieran los empresarios de Starbucks a vincularse a este negocio cuando se inició, el cual ha resultado tan próspero en los Estados Unidos. Vinieron nuevos aires en la Federación y se inició en el negocio de la venta de café al por menor, mejor dicho, ya preparado y listo para que el consumidor tuviera la oportunidad de deleitarse con una taza de café al instante, en lugares estratégicamente ubicados. Así nacieron los sitios que llevan el nombre adoptado por el campesino cafetero, Juan Valdez. 

Antes existían básicamente los “cafés”  que todavía viven, en donde el consumidor masculino podría entrar a tomarse un tinto.  La entrada de mujeres era mal vista y los famosos “cafés” tenían sus respectivas características.  En esos sitios los propietarios destinaban, por ejemplo, unas cuantas mesas que eran frecuentadas por estudiantes universitarios, especialmente de fuera de Bogotá, quienes a falta de un lugar en donde estudiar, con el consumo de un tinto, hacían alargar las horas de estudio.

Las mujeres que también son aficionadas al tinto no tenían en donde hacerlo, salvo en los salones de té en donde también servían café, en los clubes o en su casa o en sitios muy distinguidos en donde el consumo de café era como un “side line” como dicen los gringos. Las llamadas cafeterías, unas muy bien instaladas otras no tanto,  eran lugares aptos para reuniones de amigos y familiares sin que el sexo fuera   inconveniente. Seguramente estas circunstancias y también otras,  como  la de  incentivar el consumo en sitios agradables y acogedores en su presentación, fueron factores que tuvo en cuenta la Federación para embarcarse en una actividad en la cual no había incursionado.

Antes, lo importante era vender café por cargas a tanto la libra.  Su cotización marcaba un poco el ritmo de la economía pues era un factor muy importante cuando la exportación del producto generaba grandes divisas. En acuerdo con otros países productores del grano pretendían mantener las cotizaciones. El desarrollo y expansión de las tiendas Juan Valdez han tenido un gran desarrollo en Colombia y en el exterior.  Por fuera de Colombia constituyen una vitrina de nuestro país.

El éxito de estas tiendas  se puede decir que cambió el gusto de los consumidores por tomar buen café en sitios acogedores y agradables. Le abrió así las puertas del gusto a este tipo de negocios. Seguramente la cadena Starbucks, que ha iniciado actividades en nuestro país,  se ha beneficiado del camino que ha recorrido la Federación con los Juan Valdez. No parece que haya preocupación mayor porque si de lo que se trata es el de aumentar el consumo de café, Starbucks servirá nuestro café.  La novedad seguramente hará que algunos consumidores se trasladen,  pero lo cierto es que los Juan Valdez se han incorporado a la vida urbana y se han ido convirtiendo en lugares de reunión de personas con  interese parecidos. Seguramente Starbucks logre algo del mismo estilo con traslado de gustos o con nuevos clientes consumidores, Así se ve su llegada, por lo cual se le da la bienvenida.