ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 11 de Agosto de 2012

Optimismo vs. pesimismo

 

Existe una diferencia entre quienes al frente de situaciones y circunstancias nuevas tienen la capacidad de examinar los aspectos buenos así como los malos u objeto de censura, inclinarse hacia unos u otros y solazarse en magnificarlos obrando como pesimista u optimista. Eso suele suceder cuando alguien ha dejado de visitar una región del país, por ejemplo, y encuentra transformaciones positivas y negativas.

Asuntos profesionales me han llevado en esta semana que termina hoy a Barrancabermeja y Bucaramanga, ciudades ubicadas en Santander región muy cercana a mis afectos y también el de muchos colombianos en donde saben que se desempeña un núcleo humano altivo, trabajador y franco en su proceder. Como creo pertenecer al grupo de los optimistas sin dejar de ser objetivo, debo compartir con mis amables lectores las impresiones que me dejó la visita. Sea lo primero mencionar que los aeropuertos Yariguíes en el puerto petrolero así como el Palonegro en la ciudad bonita, están siendo sometidos a una formidable remodelación en sus instalaciones terminales que a la vuelta de muy corto tiempo se verán modernizados con magníficas terminales y con servicios para los viajeros a la altura de aeropuertos en cualquier parte del mundo. Todo encaminado a darles comodidad y confort a los usuarios, así como a quienes usan sus instalaciones como empresas comerciales o como particulares. En breve lapso se verán los resultados.

La comunicación por tierra entre Barrancabermeja y Bucaramanga transcurre por una carretera que tiene dos tramos que topográficamente son diferentes; el primero desde el puerto hasta las estribaciones de la cordillera oriental es plano sin problemas geológicos de advertir y el segundo al internarse en la cordillera para llegar a Bucaramanga de una reconocida y sufrida inestabilidad geológica que está siendo superada por variantes y túneles que lo mejorarán. La belleza de la naturaleza es inolvidable a lo largo de todo el recorrido. Pero lo más notable es la pujanza que se observa; gran actividad está presente en todas partes. Camiones, tractomulas, carrotanques, buses, automóviles, camionetas, oleoducto, gasoducto, en fin, toda clase de medios movilizan carga y personas con una sensación de frenética actividad que no puede ser otra cosa que la manifestación de la pujanza con la cual se mueve la región.

La hidroeléctrica del río Sogamoso, cuya construcción está en proceso, transformará la región no solamente por la generación de energía la cual posiblemente, por la interconexión eléctrica se pondrá a disposición de todo el país, sino por el desarrollo que traerá y que ya se ve. Febril trabajo y actividad están erradicando la pobreza por esos lados. Todos aquellos que tienen por oficio ser pesimistas y ejercer de tales les convendría, con ánimo desprevenido, pasearse por esta Colombia que silenciosamente se abre paso para un mejor estar presente y futuro.