AMYLKAR D. ACOSTA MEDINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Enero de 2013

El desbarajuste fiscal

 

A  propósito de la Ley mediante la cual se aprobó el PGN para la vigencia del 2013 dijimos que el Gobierno y el Congreso de la República la expidieron pensando con el deseo, que se sobreestimaron los ingresos y se subestimaron las erogaciones, lo cual me llevó a concluir que dicho presupuesto estaba inflado. Lo propio dijimos también con respecto al Presupuesto 2013 - 2014 del Sistema General de Regalías.

En uno y otro caso se partió de unas proyecciones que se sabía no se iban a poder cumplir. Nos referimos fundamentalmente a la previsión de crecimiento del PIB en 2012 y 2013, los volúmenes de producción de petróleo y carbón, así como en relación con el precio de los mismos.

Como es apenas obvio, si no se cumplen dichos pronósticos ello va a tener una gran incidencia en las finanzas públicas y así lo hicimos ver al cuestionar el contenido y el alcance de la reforma tributaria aprobada por el Congreso de la República en sus sesiones extraordinarias en diciembre pasado. Al presentar el cierre fiscal del 2012 y la revisión del Plan financiero correspondiente al 2013, el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas dejó en claro que el déficit fiscal del Gobierno central este año será del 2.4%, el mismo del año anterior y no del 2.2% como se preveía en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Estamos hablando, entonces, de un déficit de $ 17.7 billones, $ 1.8 billones por encima del cálculo inicial  (¡!).  Y muy seguramente el descuadre va a ser mucho mayor.

Este déficit va a obligar al Gobierno a recurrir, una vez más, a la venta de sus activos remanentes, entre ellos Ecopetrol, que según el ministro Cárdenas “no está descartada” por valor de $ 3 billones y al mayor endeudamiento externo. Este último, según el Departamento de Investigaciones del Banco de Bogotá, llevará a que el neto de fuentes y usos por parte del Gobierno  generará un excedente de US$ 600 millones, “convirtiéndose en oferente neto de divisas”, a contrario sensu de lo que pasó en 2012 “cuando fue demandante neto de dólares por US$ 800 millones”. El Gobierno central, entonces, en lugar de contribuir a reducir la presión sobre la apreciación del peso colombiano con respecto al dólar, va más bien a atizarla en el transcurso de este año.

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