ANDRÉS FELIPE RANGEL GÓMEZ* | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Octubre de 2014

MOMENTO HISTÓRICO

El fin del odio

“En algún momento el odio tiene que terminar”.

Erick Lomax exoficial del ejército británico en carta dirigida a su torturador Nagase Takeshi

DURANTE  la segunda Guerra Mundial, Eric Lomax, oficial del ejército británico, y sus compañeros son apresados por el ejército japonés. Les obligan a trabajar en la construcción de una línea férrea. Lomax es acusado de espionaje y se le somete a duras torturas.  Se le exponía al sol durante varias horas, se le sumergía en una bañera buscando ahogarlo si no confesaba y se le rompieron las costillas y los brazos con golpes dados con un madero.

La guerra terminó y Lomax y sus compañeros fueron liberados. Sin embargo, Lomax continuaba sufriendo por sus recuerdos de ataques de pánico.  Su esposa le ayuda, ante el dolor y el odio que le estaban consumiendo. En medio del sufrimiento Lomax decide vengarse. Busca a su torturador Nagase Takashi, con el propósito de desquitarse del dolor que le ha causado. 

Takashi se  había dedicado a reconciliarse con las víctimas de las torturas. Le pidió perdón a Lomax y este responde perdonándolo. Tiempo después, Lomax escribe: “Después de nuestro encuentro me sumí en un estado de paz y determinación. El perdón es posible cuando alguien está preparado para aceptar la disculpa”. (Actualmente se puede ver en cines la película Un pasado imborrable, que trata sobre esta historia).

El pasado miércoles 1 de octubre  viajó a  Cuba el tercer grupo de víctimas del conflicto armado en Colombia para participar del proceso de paz que el Gobierno  adelanta con la guerrilla de las Farc. Las víctimas del conflicto armado en Colombia han tenido que sufrir por la violencia de las Farc y otros grupos armados, desplazamiento forzoso y abusos de todo tipo. El proceso de paz puede ser una oportunidad única para el perdón y la reconciliación. Para el fin del odio en nuestra nación.

Quizá no sea fácil para las victimas encontrarse cara a cara con sus victimarios. Quizá no sea fácil perdonar y trabajar por la paz. Muy probablemente para Lomax el exoficial del ejército británico no fue fácil perdonar a su torturador. Luchó todo una vida para hacerlo y al final  logró perdonar. El perdón es como un regalo que da la victima al victimario. Un regalo que finalmente libera  a la víctima del tormento del odio. Si queremos una paz genuina se necesita perdonar de corazón aunque  no sea fácil. Aunque a veces se crea que  no es el mejor camino. ¿Qué otra alternativa nos queda? El otro camino es el odio y la venganza. El otro camino es la guerra y la violencia, pero nuestra nación ya ha tenido más de 60 largos años de esto. Décadas de odio que solo han dejado pobreza, destrucción y víctimas.

Dios quiera que las Farc estén a la altura del momento histórico que vive nuestro país y respondan con humildad y  para construir una mejor Colombia.

@feliperangel81

*Politólogo