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La cruz gamada tiene miles de años y es una modalidad de cruz que se caracteriza por tener los brazos acodados en ángulo recto y tiene diferentes configuraciones. Varias religiones orientales la acogieron como un símbolo espiritual de buena suerte. Ese fue el caso por ejemplo del hinduismo, el budismo, el jainismo y otras. Etimológicamente el término esvástica proviene del sanscrito suastika y en un sentido literal significa “muy auspicioso”. Pero también significa: bien, felizmente, con éxito, buena suerte, ¡que le vaya bien!, salud, ¡adiós!, ¡que así sea!
Es decir, este símbolo siempre estuvo relacionado con algo muy bueno hasta que, en la Segunda Guerra Mundial, Hitler y el Partido Nacional Socialista Obrero, la convirtieran en un símbolo del terror y muerte. Y, no habrá poder humano, por lo menos en el mundo occidental, que logre hacerla ver de otra forma.
Si Urrego se leyera la historia, como le sugirió al acalorado público de Chicoral, Tolima, no cometería la idiotez de ilustrar a nadie sobre el origen de los colores de la bandera del grupo terrorista M-19. Les dijo: “ese azul que está arriba significa el color de los conservadores; ese blanco, que sigue, significa el color de la paz, y ese rojo con que termina significa el color liberal”.
Si se leyera la historia de Colombia, tal cual sucedió con la esvástica después de la Segunda Guerra Mundial, esos tres colores juntos, el azul, el blanco y el rojo junto con un conjunto de grafías sobre el color blanco que dicen “M-19”, representan y le recuerdan a la mayoría de los colombianos, no los conservadores, liberales y la paz, sino un grupo guerrillero y terrorista responsable de cientos de decenas de muertos. Tal vez antes del 17 de enero de 1974 no teníamos ninguna prevención hacia esos colores y le recordaban al colombiano algún país eslavo, tal vez otras guerras, Francia en fin… pero después de esa fecha los recuerdos son terroríficos y son los del Eme, tal cual fue imposible para el occidental no relacionar la esvástica con Hitler después de la Segunda Guerra Mundial. Pero tal vez en Japón si puede lucirse la esvástica en algún blazer con botones dorados, de esos que usaba Michael Jackson, divinos… pero eso es imposible hacerlo en occidente, aunque uno quiera. Simplemente tiene una pésima recordación.
Más allá de los colores de la bandera del Eme lo que está buscando el agitador de masas es reelegir su “proyecto”. Por más que esté pasando los días más horribles de su vida en la fantasmal y paranormal Casa de Nariño… eso es lo que quiere.
Léase la historia y entienda a Colombia Urrego. Esa bandera no es bienvenida aquí, ni la roja con negro de los terroristas elenos, ni la amarilla, azul y roja de las Farc. Ninguna. Pero la buena noticia es que, en el Congo, Burundi, República Centroafricana, Eritrea, Burkina Faso no les recuerda nada y allá sí pueden empezar de ceros y además hay mucho por hacer. Si no pregúntenle a Francia M.
Juanfelipereyes@hotmail.com