Nada más apremiante que la necesidad de un baño. Vale oro cuando el cuerpo lo pide, pero lo triste es que no hay donde. Sí, una ciudad con casi 9 millones de habitantes sin baños públicos. Existen unos pocos y en mal estado, hay que pagar, eso está bien, pero las condiciones son pésimas. El olor, suciedad, baños viejos y destartalados. Benditos los centros comerciales que prestan el servicio gratuito, aunque algunos ya lo cobran, pero eso no importa cuando se resuelve el problema. En las cafeterías no prestan el baño a menos que se consuma, en los almacenes por lo general está dañado o es exclusivo para los empleados, entonces lo único que queda es la calle, los taxistas y conductores son los que mas sufren por la falta de baños.
En algunas ciudades del mundo, especialmente en las europeas el servicio existe, en todas es pago, desde 0,50 centavos de euro hasta 1 o 2 euros dependiendo del baño. Se paga con gusto, pero en Colombia a veces ponen unas cabinas de fibra, que da asco utilizarlas. Otro problema es la falta de limpieza del usuario, por lo general no descarga el sanitario, el vandalismo, los hombres más que las mujeres. El asunto es de cultura ciudadana.
Es imprescindible dotar a la ciudad o mejor a las ciudades de baños públicos modernos, higiénicos, bien diseñados, con todos los servicios necesarios, con vigilancia, ambientación, atención y todos los requerimientos para satisfacer la necesidad y respetar la dignidad de la persona humana. El ciudadano lo pide a gritos y espera ser escuchado. El servicio como todo lo publico debe ser pago facilitándolo con monedas o billetes dando cambio, también se podría utilizar la tarjeta Transmilenio o brindar una tarjeta propia para los baños.
La ciudad cuenta con espacios públicos donde se pueden instalar las baterías. Es la hora de dar un paso adelante y dotar a las ciudades, principalmente a la capital de baños modernos, con tecnología y requerimientos necesarios para brindar un excelente servicio digno del ciudadano, así los gobiernos tanto el distrital como otros municipios, podrán hacerle frente al código de policía que sanciona con $ 786.880 a quien sea sorprendido haciendo sus necesidades fisiológicas en la calle, pero irónicamente no hay baños públicos.
Nada más incoherente que aplicar sanciones si el servicio público no se facilita. Se multa a quien infrinja la norma y eso que el alcalde o mejor los alcaldes son conscientes de esa necesidad, pero no cuentan con proyectos, ni recursos, así que en pocas palabras es increíble que en pleno siglo XXI no exista este servicio.