Ecopetrol acaba de revelar sus resultados operacionales del primer semestre de este año, los cuales son muy alentadores. No obstante que su producción viene en picada, desde los 706.100 en 2020 a los 668.400 en 2021, para el mismo período, la utilidad neta pasó de los $160.000 millones en el primer semestre de 2020 a los $6.81billones, superando incluso la del 2019. ¡Buena por esa!
Ello se explica en gran medida por el comportamiento de los precios internacionales del crudo, los cuales se incrementaron en más del 40% con respecto a su cotización del año anterior, promediando los US $69 el barril de la referencia Brent. A ello se vino a sumar la apreciación del dólar que ha llevado la tasa de cambio a un promedio en el primer semestre de este año de $3.691.
A este resultado han contribuido también, y de qué manera, la mayor eficiencia tanto en la operación, logrando bajar el umbral del “dolor” a partir del cual le es rentable extraer el barril de crudo hasta los US $30, así como su gestión comercial, logrando reducir el descuento con respecto a la cotización internacional de su canasta de crudos desde los US $10 por barril hasta los US $4, al tiempo que, ante la contracción del mercado estadounidense, se abrió su propio nicho en el mercado asiático, destino actual del 49% de sus exportaciones (¡!)
Desde luego que este buen resultado favorece las finanzas de Ecopetrol y de paso a las de la Nación que, al paso que vamos, el reparto de dividendos a sus accionistas pasaría de los $1.7 billones de este año a los $6 billones el año entrante y, como es obvio, un mayor recaudo por concepto de impuesto de renta proveniente de la estatal petrolera y de contera también se beneficiarán las entidades territoriales, al percibir mayores regalías que el año anterior.
Claro está, este buen desempeño de la empresa no puede llevar a sus directivas a obnubilarse y perder la perspectiva hacia el futuro de los hidrocarburos, cuya suerte está echada desde que en el 2015 se aprobó el Acuerdo de París contra el cambio climático y el mundo empezó a darle la espalda a los hidrocarburos.
Desde entonces, todas las fuentes primarias de energía de origen fósil están sentenciadas, sus días están contados, al punto que la AIE, en un pronunciamiento reciente, manifestó que “nuestra previsión no contempla ningún nuevo sitio petrolero o de gas con fines de desarrollo” y fue más lejos al pedir al mundo “renunciar desde ya a la industria petrolera”.
Por ello, hace bien Ecopetrol al comprometerse con la Agenda de París reduciendo la huella de carbono en sus actividades de extracción, transporte y refinación de crudo, concomitantemente con su apuesta por las energías renovables y limpias. El Presidente Ecopetrol, Felipe Bayón, ha sido categórico al afirmar que el compromiso de la empresa es “tener cero emisiones netas de carbono al año 2050”. Ímproba empresa esta en la que está comprometida la estatal petrolera.
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*Miembro de Número de la ACCE