CAMILO HERRERA MORA* | El Nuevo Siglo
Sábado, 28 de Septiembre de 2013

A la colombiana        

 

Decirle  al mundo que “Colombia es tal vez el primer país del planeta en asumir un proceso de esta naturaleza durante la vigencia del Estatuto de Roma”, fue una jugada brillante de Santos en la Asamblea de la ONU.

Desde el comienzo de los diálogos de paz era evidente que los marcos internacionales de justicia serían un dificultad para el proceso, porque estos estaban construidos bajo la premisa ideal de justicia y no de su real aplicación, como bien lo recordó el Presidente al citar a Louise Arbour, diciendo “que la doctrina internacional no ha sido exitosa en encontrar respuestas prácticas a cómo resolver la tensión real entre paz y justicia en un proceso de negociación”. Esto no sólo dejó planteado al mundo que para lograr la paz en Colombia el país deberá ir en contra de algunas normas internacionales, sino que dejó un mensaje sobre la necesidad de revisar la aplicabilidad de estos marcos jurídicos, definidos desde el deber ser kantiano y desde la realidad política, histórica y cultural de cada país; quizá es un paso más al reconocimiento de la dificultad de tener marcos globales en entornos heterogéneos, siendo posiblemente una aceptación de la imposibilidad de simplificar la justicia mundial desde la óptica de la teoría jurídica, que curiosamente se apalanca en el concepto de la cárcel como mecanismo de justicia y reparación, pese a que el mundo entero duda en sus efectos de resocialización.

La justicia internacional está siendo cuestionada por Colombia, no sólo para el proceso de paz sino en el tema del fallo de La Haya sobre el mar territorial con Nicaragua, donde mediante un proceso judicial se le arrebató a un país territorio pasando por encima de las leyes nacionales de ambos países, como asimilando que un fallo internacional es superior a las constituciones nacionales.

Este debate en el que se metió Colombia también abre la puerta a la discusión de la guerra contra las drogas, como bien lo recordó el Presidente al decir que “Por eso -porque es un problema global-esperamos que sus conclusiones (de la Cumbre de las Américas) se debatan también en el seno de este organismo, de las Naciones Unidas, que ya ha convocado una Sesión Especial sobre las Drogas para el año 2016”; situación que muestra cómo las instituciones internacionales se están enfrentando a una revisión por parte del mundo entero.

Más allá del mensaje de la búsqueda de la paz y la triste historia de María Zabala, Colombia le dijo al mundo que la justicia internacional está muy lejos de ser útil, y que está lista para no cumplir con sus normas si éstas no le convienen para su desarrollo.

Colombianada. En la ONU, Nuestro Estado Social de Derecho le recordó al mundo que Colombia es de los colombianos y a la colombiana.

*Presidente de Raddar