CAMILO HERRERA MORA | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Abril de 2012

El sofisma del tiempo

HOY el tiempo no alcanza, pese a que tenemos más tiempo, o bien será porque usamos más el tiempo que antes.

El mundo actual está en una encrucijada con el tiempo: los procesos que tenemos hacen que nuestro tiempo sea casi infinito, porque en un solo momento podemos hacer muchas cosas en paralelo, logrando que un minuto sea al final muchos más; adicionalmente hemos vencido la barrera del tiempo, llevando la longevidad promedio por encima de los 80 años.

Este juego de vencer al tiempo claramente nos ha llevado a que sea él quien nos venza. Hoy vivimos bajo la presión de la comunicación inmediata y del servicio 24 horas, como consecuencia de la eliminación de las excusas de la necesidad de tiempo para recibir la solicitud, el tiempo de producción y envío. El mundo hoy está conectado con diferencias de minutos y no de semanas, como les pasó a nuestros abuelos, lo que causa que la expectativa de respuesta sea en las mismas proporciones.

Me queda la duda de si realmente vivimos 80 años, o un número no concebible de tiempo por los procesos en paralelo que vivimos; hay días que estoy seguro que trabajé más de 36 horas, porque los computadores hacen procesos mientras yo hago otros. Igualmente contesto llamadas, correos electrónicos y chats, causando más paralelos y así más tiempo ejecutado.

Lo que me preocupa es que hay cosas que requieren tiempo, y más aún tiempo dedicado, como cuando escribo esta columna. Mas hay cosas que no requieren esa concentración, como poner a calentar el café para este texto en el microondas o pedir el almuerzo a domicilio.

El sofisma cae en que si bien cada vez tenemos más tiempo porque las cosas se hacen más rápido, inmediatamente ocupamos ese tiempo en más actividades, y no en las cosas que desearíamos hacer con más tiempo como leer, hacer deporte y estar con nuestra familia; es casi igual que el dinero, entre más tenemos más gastamos y no ahorramos más.

Por esto deberíamos tener algún tipo de medida sobre cuánto tiempo realmente usamos y cuánto malgastamos, porque hacer cosas que requieren tiempo, sin él, es básicamente perder el tiempo y cometer grandes errores que nos costarán mucho más tiempo. Si bien hay menos tiempo y hay formas de responder inmediatamente, la premura en responder por la presión del tiempo nos lleva a responder mal, fuera de contexto y sin la reflexión necesaria.

Hoy tenemos más tiempo para hacer las cosas calmadamente y no lo hacemos porque no queremos perder tiempo.

Colombianada. Las decisiones de tiempo requieren tiempo, no 140 caracteres.