CARLINA TOLEDO PATTERSON | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Septiembre de 2011

¡Atájenlo, amárrenlo!

Los  taxistas, quienes además fungen de analistas políticos, suelen ser un buen barómetro de opinión. “Terminó siendo igual que todos, lo único que le importan son los votos”, afirmó lapidariamente uno el miércoles sobre Antanas Mockus, al oír la noticia de su alianza con Gina Parody. El hombre que me transportaba tiene razón.
Esos nuevos amores que rondan en el quehacer político de Bogotá no son más que el suicidio político definitivo del profesor, porque para quien logre ver más allá de la bomba mediática que se creó y que a algunos puede llegar a seducir, lo que menos lo motiva es el bienestar de la ciudad.
Cuando Antanas Mockus se lanzó en la nueva aventura por la Alcaldía de Bogotá fue presuntamente para ofrecer una opción distinta y que los principios que tanto removieron el alma de miles de personas el año pasado no se diluyeran con el puntillazo final que le decretó al Partido Verde Enrique Peñalosa. No obstante haber arrancado muy bien en las encuestas posteriores a su lanzamiento, siempre consideré que había sido un gran error, porque a mi manera de ver lo único que había detrás era un afán enfermizo por figurar y por hacerle daño a Peñalosa. Considero que su aporte hubiera sido más valioso si se hubiera quedado quieto.
Ahora, de la mano de Gina buscarán llegar al Palacio Liévano y los dos lo justifican diciendo que los une la filosofía del “no todo vale” y las ideas para la educación. ¿Serán esas razones suficientes para dejar colgados de la brocha a sus miles de fieles seguidores? Pienso que es una flagrante traición a ellos y a todos los principios de transparencia que enarbolaba. Es que uno no se ata a otro candidato por coincidir en una filosofía y un punto programático, que por más importantes que sean, son nada más dos asuntos de una gran visión de ciudad. Eso es incoherencia y entrega a unos intereses que nada tienen de superiores. Por eso mi taxista tiene toda la razón. Mockus se comporta como el más vil de los políticos clientelistas y los mockusistas merecían un poco más de respeto.
Esta alianza no convence a nadie con dos dedos de frente. Y sí creo que es hora de que alguien le haga un favor a Mockus, invitándolo a retirarse de la vida pública un tiempo. Lo tuvo todo en sus manos pero eso se perdió y para siempre. Es hora de que voltee la página.