Carlos Alberto Estefan Upegui | El Nuevo Siglo
Martes, 22 de Diciembre de 2015

Objetividad gremial

“Diferencias políticas desvirtúan su esencia”

 

Los gremios, como su nombre lo indica, son  corporaciones sin ánimo de lucro en representación de un “conjunto de personas que comparten un mismo estatus social o que poseen alguna otra característica en común”. Tal es el caso de su profesión u oficio.

 

La mayoría opera a modo de asociaciones de primer grado conformadas por personas naturales o jurídicas; mientras igualmente, estas pueden unirse y constituirse en otras de segundo o de tercer grado, federaciones o confederaciones, dependiendo de los objetivos o propósitos que promuevan y de las actividades que los asemejen o complementen.

 

El sector cooperativo o empresas de economía solidaria, si bien están conformadas por personas con un mismo interés, tienen su propia normatividad e instancias de control y vigilancia que les imprimen el rigor legal y constitucional que las inspira y las hace posibles.

 

Las demás asociaciones, por supuesto deben registrarse en la Cámara de Comercio y regirse por el derecho privado; pero en general, su operación depende en buena parte de  sus estatutos y de las determinaciones de sus asambleas de socios, como de la vigilancia que sobre ellas ejerzan sus revisorías fiscales.

 

Las agremiaciones del sector agropecuario, algunas de las cuales subsisten solo a base de las cuotas de sus afiliados, que además casi nunca pagan y de la gestión en su calidad de operadores de recursos de distintas fuentes, de la cual obtienen modestas sumas por su administración.

 

Otros, ejecutan recursos públicos y los llamados fondos parafiscales, siendo su responsabilidad y solvencia mucho mayores.

 

En el caso específico de la parafiscalidad debe quedar claro que no son dineros del tesoro, sino de los contribuyentes a los cuales  se les deben revertir en servicios y apoyo para el buen desempeño de sus actividades, tanto en asistencia técnica como en inversión; gestión que le corresponde vigilar a la Contraloría General de la Republica.

 

Sucede con la Federación Nacional de Cafeteros y con la Federación Nacional de Ganaderos, entre otros más.

 

No obstante,  eso no cambia su condición de seguir siendo sin ánimo de lucro; más bien, dice un informe de la Contraloría General de la Republica que " la parafiscalidad agropecuaria se caracteriza por la baja capacidad financiera de los gremios frente al alto volumen de necesidades de los productores..."

 

No hay tal entonces, que para atender la problemática sectorial solo la parafiscalidad alcance.

 

Viene entonces el esfuerzo de muchos años de grandes logros, pero por supuesto también, como en todo, posibles equivocaciones pero siempre en la lucha por salir adelante.

 

Sin embargo, y como si fuera poco, las diferencias políticas y los rencores personales aparecen desvirtuando realidades con versiones y actitudes que desgastan y siembran desconfianza.

 

Razón por la cual, la autonomía de los gremios y la cohesión de estos, además de velar por su fortalecimiento, debe blindarse contra el impacto de propósitos distintos.

 

Y los funcionarios públicos que intervienen en su evaluación y seguimiento, no pueden tampoco perder su objetividad y más bien, proporcionar la seriedad y la serenidad necesarias en sus informes, para darle credibilidad a sus opiniones y recomendaciones.

 

Las confrontaciones personales no deben mezclarse con sus obligaciones al servicio de la comunidad y estar desligadas de sus intereses particulares o políticos.