CARLOS ALBERTO ESTEFAN UPEGUI* | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Enero de 2013

Carretera a Guatapé

Con  motivo de las fiestas de  fin de año, al igual que muchos colombianos busqué a donde ir con la  familia, inclinándome por Guatapé paradisíaco sitio llamado así en honor del cacique oriundo de la región.

Fundado en 1781 y erigido municipio en septiembre de 1867; en frente del cual en 1970 se construyó un gigantesco embalse que hoy día llaman el "Mar del Interior de Antioquia".

Se encuentra ubicado al oriente de ese departamento y es conocido también como el "Pueblo de Zócalos", ya que la inspiración de sus habitantes se encuentra plasmada de manera pictórica en las fachadas de sus residencias, muchas de ellas desde los primeros años del siglo XX y a través de las cuales se relatan diferentes episodios de la historia indígena y de la colonización antioqueña, como de sus propios oficios.

Está cerca también  de la  enorme "Piedra del Peñol", que según algunos habitantes es un meteorito que cayó en el lugar hace miles de años y desde donde se divisa la hermosura del paisaje.

Guatapé ofrece además de la amabilidad de sus gentes, servicios de hoteles, restaurantes, barcos, lanchas y sitios de  recreación y confort, generando un importante impacto turístico, social, económico, político, ambiental y cultural.

Sin embargo, la gran frustración está en que a pesar de sus atractivos y de su afluencia de visitantes nacionales y extranjeros, como de su programación de eventos a lo largo del año, tal es el caso de las Fiestas de la Virgen del Carmen; la Semana Santa en Vivo; las  Jornadas Navideñas y la Fiesta de la Familia del 16 al 24 de diciembre; además del Carnaval de fin de año; entre otros, no existe una carretera amplia y segura sino, por el contrario, angosta, en regular estado y con precaria señalización. Circunstancia que contrasta con el flujo vehicular que permanentemente se desplaza hasta ese lugar.

Por eso, a pesar de los avisos que dicen "Antioquia las más Educada" y dada la pujanza e iniciativa de sus habitantes, cuesta trabajo entender que la Gobernación ignore el esfuerzo de la comarca por conservar y promover su cultura, y supuestamente no le ofrezca la atención vial requerida.

Siendo así, en nuestra condición de viajeros cautivados por el lugar y deseosos de volver, quizás al igual que muchos otros, lamentablemente tendremos que pensarlo más de dos veces antes de regresar, hasta tanto las autoridades departamentales por fin se interesen en proveer los correctivos del caso. Amén de responderle también a la población con una buena carretera, en su esfuerzo diario de hacer de Guatapé, una excelente alternativa turística.