Desde el pasado veintisiete de septiembre, en Nicaragua, dejó de circular este periódico, el segundo de mayor circulación, con la siguiente explicación en su último editorial: “Después de casi cuarenta años de estar informando sin interrupción a la sociedad nicaragüense El Nuevo Diario suspende esa labor debido a las circunstancias económicas, técnicas y logísticas que enfrenta,” diciendo, así mismo, que finaliza también la publicación de Metro, perteneciente al mismo grupo.
El cierre de la empresa se produce dentro de la realización de protestas contra el gobierno de Daniel Ortega, anunciadas desde abril del 2018 cuando el periódico se alineó con los movimientos que las protagonizaban. Triste noticia para la libertad de prensa no sólo en ese país sino en el continente, ocasionada por el acoso gubernamental con impuestos, restricciones a la importación de papel, tinta, reteniendo insumos durante un año, realizando injustas inspecciones laborales. La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifiesta que se apaga una nueva voz, como consecuencia de la política represiva de un régimen empeñado en castigar al periodismo lo cual es gran equivocación.
Desde su aparición, en mayo de 1980, El Nuevo Diario fue clave en la cobertura de noticias presentadas con objetividad y comentadas libremente, en defensa de principios democráticos, de la realización de elecciones limpias, de la vigencia de los derechos humanos, contra la represión a sectores opuestos al sistema sectario y personalista que predomina.
El periódico fue fundado por Xavier Chamorro, hermano de Pedro Joaquín Chamorro, director de La Prensa, asesinado por la dictadura Somoza y Danilo Aguirre, crítico del sandinismo una vez derrocada esta, al gobierno no le agradaba su opinión y en los últimos meses Daniel Ortega se las ha ingeniado para extender una gran represión que deja más de 320 muertos, miles de heridos y decenas de miles de exiliados, prometiendo dialogo incumplido con la oposición haciendo caso omiso a las observaciones de las comisiones internacionales que han intentado contribuir al cambio de rumbo, a la apertura democrática.
Imposible ocultar el fracaso respecto de la construcción del canal interoceánico, cuyo adelanto quedó en veremos frente a la quiebra del empresario chino comprometido en su financiación y ante la posición oficial del gobierno asiático de realizar la ampliación del canal de Panamá con la reiteración del su compromiso de concentrar la ejecución de obras allí. Difícil para el gobierno superar la situación económica y financiera que golpea especialmente a los sectores populares. Expresamos nuestra solidaridad a los periodistas de El Nuevo Diario, la prensa es libre o se convierte en farsa, no vale la pena escribir con hipocresía, tienen la razón al motivar su determinación.