Cívica vs. Corrupción | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Abril de 2017

A este país que ha sido objetivo de la guerra desde hace muchos años, un día cualquiera se le ocurrió eliminar la instrucción cívica del pensum escolar, así como ya había desterrado la anhelada, recordada y muy añorada urbanidad. Era una forma de manifestar la rebeldía de unos maestros buscaban ganar unos derechos y dar un giro político.

El Estado se doblegó, en un momento irreflexivo y tolerante, frente a un grupo de educadores que querían demostrar fortaleza sindical y reclamar derechos que les habían negado por años.

Fue entonces cuando la civilidad, los derechos, los deberes, el respeto, la educación y las buenas maneras recibieron la mortal puñalada que nos ha conducido al más alto grado de corrupción que estamos viviendo, soportando, padeciendo, tolerando y hasta aclamando y exaltando.

Nuestra educación ha transitado durante años, sin el apoyo de la cívica y la urbanidad. Esta sociedad va por los caminos de la intolerancia, la polarización, la violencia, la deformación, el narcotráfico, la deserción escolar, el enriquecimiento ilícito, el irrespeto y todos los vicios que acompañan a un pueblo que desconoce los derechos y los deberes que están consagrados en su constitución. Ese es el origen de la corrupción rampante que soportamos, tal vez complacidos y hasta enorgullecidos.

Esa la razón por la cual la propuesta del Presidente Santos de incluir de nuevo la instrucción cívica en el pensum escolar, como una de las metas para eliminar la corrupción, haya pasado como un rayo de luz a través de un cristal, sin romperlo, ni mancharlo. Casi que a nadie le importó, o tal vez nadie entendió que la instrucción cívica, es la base de los deberes y derechos de una sociedad. En ellos se encuentran el respeto, la honestidad, el cuidado de la cosa pública y la eliminación de todo lo que signifique corrupción.

Los otros puntos que anunció el Presidente para combatir el mal del siglo, dependen ineludiblemente de la instrucción cívica. Pero casi nadie se percató de ello. Bienvenido ese mandato, porque de ello depende el resurgimiento de un país honrado, honesto, equitativo, progresista, próspero, respetuoso e igualitario. Un país que no se deje llevar por los ventarrones de la polarización en que nos tienen enfrascados. Que sea pensante y distinga entre la verdad a medias que le proporcionan a través de las redes sociales ciertos políticos en campaña y las bases reales de una nación que marche hacia la prosperidad, la rectitud y la plena democracia.

BLANCO: Loa goles de James.

NEGRO: La ballena azul.

gabrielortiz10@hotmail.com