Cuando se quiere volver añicos, destruir o astillar algo, se actúa con rabia, con odio, con envidia, con mala leche, pero cuando se actúa para hacerlo trizas, se alcanza el más alto nivel de demencia conocido. Y parece que nos encontramos con personajes que habitan en esa dimensión. Con esos que quieren hacer trizas la paz que con tanta esperanza estamos construyendo.
Quieren hacer trizas todo lo que hoy nos rodea y todo lo que hoy significa la paz para esta patria. Quieren regresar a la época del desastre que resistimos durante tantos años, cuando todos hacían lo que en gana les venía. Al reinado de los planes pistola, de las “tranquilandías”, de los desplazamientos, de la guerra que solo peleaban los soldados reclutados en el campo y en las clases más pobres, mientras los “niños bien” residían en Miami. Esa hégira era cuando el AIS, canalizaba los riesgos de ubérrimos territorios.
Con el proceso de paz, no podemos jugar, no podemos admitir que ciertos magistrados actúen con venganza, para cobrar el voto negativo a un proyecto de ley que limitaba las adopciones.
Pero de eso mejor no hablar y, mucho menos, de los escurridizos y pérfidos perdones que el senador Uribe trató de dar a las Madres de Soacha, sin reconocer que los asesinatos de sus hijos hicieron parte de los “falsos positivos”.
Mejor no profundizar sobre estos asuntos, porque nos convertirán en “pro-Farc”, “payasos bandiditos” o terroristas, como ahora suele calificarnos el jefe de la extrema derecha, el que quiere volver trizas la paz.
Y realmente, este país sin paz se volverá trizas, y de las trizas no quedará nada recuperable. Por ello resulta tan grave que los fanáticos y sus frenéticos dirigentes, lleguen al poder, a ese poder que los desvela y que tanto añoran. Su filosofía es conocida: Colombia ni para Dios, ni para el diablo.
¿Para qué querrá la extrema derecha del Centro Democrático, la de Uribe y Londoño un país en trizas, si como le ocurrió a Hitler, las migajas en que dejó convertida a Alemania, ni siquiera las logró usufructuar? No quedará, ni ubérrimo para regar, ni falsos positivos para aplicar, ni zonas francas para explotar. Entonces ¿qué sentido tiene volver trizas a Colombia? ¿Qué pueden lograr los enemigos de la paz destruyéndonos?
Trump respaldó nuestra paz y complacido recibió con honores al Premio Nobel… eso ardió y dolió por acá.
BLANCO: Vargas Lleras el “Nairoman” y Gaviria de las encuestas.
NEGRO: Peor que los saqueos, es la corrupción en Buenaventura.
gabrielortiz10@hotmail.com