Queridos amigos, se nos vinieron las elecciones parlamentarias, el tiempo se agotó y el próximo domingo debemos estar depositando nuestro voto para elegir a quienes nos representarán en el parlamento y defenderán nuestros intereses en todo sentido. Colombia nos espera en las urnas y aguarda que cumplamos con el compromiso de votar con responsabilidad, evaluando y valorando ese respaldo a las personas que direccionaran el futuro patrio, familiar y social.
Las campañas terminaron y de la atención puesta a los postulados, programas y proyectos esbozados por los candidatos, sabremos si cubren nuestras aspiraciones, necesidades y pretensiones, porque muchos de ellos fijaron sus intereses y atención en asuntos ajenos a una serie problemas nacionales, como la educación, la economía, las pensiones y la generación de empleo, entre otros, de especial validez y urgente atención.
Las campañas tienen un fin definido, que no es solo conocer las personas que buscan el favor del voto ciudadano, sino saber cuáles son sus capacidades, conocimiento y compromiso con el lectorado; de la altura de sus propuestas depende la atención que alcance en la ciudadanía. Es por ello por lo que debemos ser muy cuidadosos y no dejarnos llevar por cantos de sirena, hacia un mundo de ilusión y quimeras difíciles de lograr y en muchas ocasiones imposibles cristalizar.
En esta oportunidad los componentes de reserva activa colombiana contamos con un buen número de postulantes al parlamento, compuesto por personas en uso de buen retiro, en todos los grados y niveles, que conocen las problemáticas de la fuerza pública, tan sensibles al devenir político partidista, que pude hacerle mucho daño a las instituciones y al mismo país, preocupación permanente de las huestes en retiro, de esos uniformados que vivieron momentos históricos de grandeza, entrega y sacrificio, olvidados con mucha frecuencia por la sociedad y solo recordados en sus instituciones y familias. Aplaudamos, pues, el esfuerzo de esas personas que salen de sus zonas de comodidad y sosiego para enfrentar un reto político, despertando esperanza e ilusión en todos los retirados que ven amenazada sus estabilidad y futuro familiar, por conceptos venidos de candidatos que ignoran la historia, los valores y la profesionalización de nuestras instituciones hoy con reconocimiento internacional.
Por prudencia y respeto a todos los aspirantes no debo referirme a nadie en particular, pero si quiero hacer una invitación a considerar los nombres de estos compañeros y haciendo el análisis o estudio que recomendamos al inicio de esta columna, apoyarlos con su voto. Doy fe, por conocimiento directo, que estos postulantes cuentan con la preparación, el ánimo y temple para desarrollar una tarea seria, comprometida con su partido y el espíritu de lucha que acompaña a todos los hombres y mujeres que nos cupo el honor de servir a Colombia, su sociedad y la democracia.