Tuve la oportunidad de participar en un conversatorio con estudiantes de comunicación social de la Universidad Uniagustiniana para debatir sobre el impacto de tecnologías emergentes como ChatGPT en el ejercicio profesional de los periodistas.
La pregunta sencilla era ¿por qué nuestros papás tienen que seguir pagando una carrera si ya existe una tecnología que redacta artículos con redacción aceptable y una buena ortografía? Por supuesto, la respuesta no es nada sencilla. Mucho menos en un momento de frenesí noticioso con ChatGPT.
Considero firmemente que no sólo los periodistas, sino todos los humanos, tenemos tres ventajas versus la inteligencia artificial: 1. A los humanos nos da hambre. 2. A los humanos nos da frío. 3. A los humanos nos gusta comprometernos afectivamente. Y suena bastaste trivial la consigna, pero de fondo, debemos aferrarnos a que las personas tenemos dos valores que nos permitirán superar a las máquinas en el mediano y largo plazo: nos podemos adaptar y tenemos un propósito.
Lejos de convertir este espacio de análisis en una retahíla filosófica, tenemos que reconocer que ChatGPT apenas en la punta del iceberg de algo muy poderoso como la inteligencia artificial. Quisiera decir que “en los próximos años”, estas tecnologías van a evolucionar, pero la realidad es que vamos a ver más y mejores avances en los próximos meses. Y también es dolorosamente cierto que tendremos que competir contra estas herramientas en plano laboral y profesional.
Entonces ¿cómo competir con herramientas que completan muchas tareas en cuestión de segundos? En el caso de los periodistas, pero aplica para programadores, desarrolladores de software, atención al cliente, hasta para los que trabajan controlando aviones, la respuesta tiene que ser el olfato, la visión, la identificación y la empatía que solo puede proporcionar un humano que le está presentando un servicio a otro humano.
Dejo un ejemplo, para darnos un poco de moral: casi sin excepción las empresas de servicios ya cuentan con Chatbots que se han convertido en el primer muro de contención para recibir las consultas de los usuarios. Sin embargo, de acuerdo con datos internacionales, el área de servicio al cliente aumentó su nivel de contratación cerca de un 25% en 2022. La cifra es mayor si el profesional es bilingüe.
Cuando Facebook anunció la irrupción del Metaverso hubo un frenesí en los propios medios y en las bolsas de valores. La tecnología comenzó a mostrar flaquezas propias de una herramienta emergente y las proyecciones y expectativas comenzaron a moderarse. Con el metaverso casi que nos prometieron que no tendríamos que salir de la casa para conocer el Coliseo Romano. Y todos coinciden que estamos lejos de eso.
Quizá con la inteligencia artificial el juego es a otro precio. El crecimiento y sobre todo sus capacidades parecen no tener techo. Y eso genera miedo para todos los profesionales. Porque nos sentimos remplazables. Lo único que podemos decir por ahora es que, no sé cómo, pero encontráremos la forma de adaptarnos por tres razones: a todos nos da hambre, frio y nos enamoramos.