Congresista, controvertido oficio | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Enero de 2017

Históricamente se juzga a los congresistas, a los padres de la patria elegidos por voto popular. De estos personajes se dice mucho, habitualmente son más las apreciaciones negativas que las positivas, pero en las últimas elecciones fueron más de doce millones de colombianos quienes acudieron a las urnas a votar por ellos. Cabe preguntarse si los parlamentarios no sirven y son una carga para el Estado, entonces ¿Por qué votan por ellos?

La verdad objetiva es otra, los cuerpos legislativos si trabajan y mucho. La gran mayoría de la gente desconoce la agenda de un parlamentario: las interminables sesiones en las comisiones, en las plenarias de cada corporación y en las conjuntas de senado y cámara, revisando proyectos, articulo por articulo, votaciones, censuras, debates, intervenciones, interpelaciones, discusiones, lobbies, lagartería, puestos, favores y etc.

Los congresistas deben responder a sus electores y generalmente lo hacen, porque parlamentario que incumpla no vuelve a ser elegido. Hay gente que piensa que sólo es comprar los votos, es cierto, estos casos ocurren algunas veces, pero la gran mayoría de ellos se ganan su elección por resultados. Un senador o representante está obligado con sus electores, debe influir en los presupuestos para favorecer el desarrollo de sus sectores, departamentos y poblaciones. Parlamentario que no ayude no vuelve a salir electo, es una realidad, son trabajadores de la población.

Me puse a averiguar como es un día cualquiera de un congresista y de verdad que de vagos tienen poco, nada como piensa mucha gente. Por lo general desde muy temprano se levantan a revisar documentación, escuchar noticias, atender a los medios, desayunos de trabajo, citación a la comisión, participar en los debates, recibir  personas, realizar llamadas a funcionarios del gobierno, visitar ministerios, reunirse con sus asesores, revisar proyectos, radicarlos, ejercer control fiscal, pasar largas y fatigantes horas en el Congreso almorzando y comiendo en la curul, a veces humanamente se les cierran los ojos y no falta la cámara del celular que los toma descansando unos minutos con los ojos cerrados para luego desprestigiarlos.

Los fines de semana visitan sus regiones, obras, comunidades, reuniones con su grupo político y la familia siempre rezagada. Es injusto calificar a todo el Congreso de vagos, puede que uno que otro sea maqueta, pero la inmensa mayoría se ganan sus sueldos y a decir verdad éstos si corresponden al esfuerzo de una vida agitada, difícil y comprometida.

Una cosa es mirar los toros desde la barrera, yo también los criticaba, pero me di la tarea de investigar y objetivamente encontré que los parlamentarios si trabajan, que lo hagan bien o mal, que sean honestos o no, es asunto que debe juzgar cada elector.

arangodiego@hotmail.com