Revivir la reelección presidencial es ahora el principal programa de gobierno y naturalmente del Pacto Histórico, que intentará aferrarse al poder, que ya hace casi dos años posee. Y, a pesar de que tanto Petro como el del Pacto Histórico aseguraron no ir tras una reelección, ya se ha empezado a develar que, si hay un interés en la misma, e incluso, ese sería el fin real, de lo que comenzó en el año 2019, cuando hubo un “estallido social”. El mismo “estallido social” con el que Petro amenaza a los colombianos, que no apoyaran sus deseos de reelección. También ha hablado de un “golpe de Estado blando”, todo con el fin de impulsar su plan de constituyente.
La tan sonada constituyente es el primer paso para conseguir la tan deseada reelección. El “gran pacto nacional” es el ideal de Petro para tener el aval en el Congreso para poder modificar la Constitución colombiana. Además, se ha propuesto hacerlo a como dé lugar. Es por eso por lo que Petro quiere utilizar hasta el Acuerdo de Paz firmado en el gobierno Santos en el 2016.
La realidad de Colombia hoy es más que incierta y la culpa es del gobierno y sus colaboradores. Ya en varios casos comprobado el hecho de millonarios sobornos, que han disparado la corrupción a niveles mayores a los conocidos. Se habla de sobornos por casi 400 mil millones de pesos a congresistas por parte del gobierno.
Asimismo, las reformas que ha propuesto el gobierno y que quisiera sacarlas por decreto presidencial, son formas de acercarse a una reforma constitucional. Reforma constitucional que en realidad sería inconstitucional por lo arbitraria y lo insostenible que promete ser.
Sin embargo, de forma subrepticia se han promovido las varias reformas, que, aunque la mayoría no han prosperado, las que sí lograron colarse deparan gran malestar social, y se prevé a corto plazo un colapso en las áreas a las que van dirigidas.
Al igual, el derroche de este gobierno es inviable y está vaciando las arcas del Estado, luego sale el ministro de Hacienda a decir que la cuenta va en rojo, y el presidente se atreve a decir que no tiene por qué pagar la deuda. Esto en forma de chantaje al Congreso, pues no tiene remedio ni vergüenza con tal de salirse con la suya.
Isabel Zuleta, del Pacto Histórico, afirmó que “Somos muchos los activistas que sí queremos una reelección y lo decimos de frente. Además, lo estamos promoviendo”. Según ella los petristas quieren que su líder se extienda más allá del 2026, lo cual sería peor que un crimen, un error. Entendiendo esto, se entiende el por qué tanto afán de conformar la tan añorada asamblea nacional constituyente. Eso junto a la severa alza en la corrupción política, dirige a Colombia al atraso.
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