Desde este 9 de mayo, el gran vigía de la humanidad que llevó Dios desde Argentina al Vaticano, el 13-03-13, a dirigir la Iglesia de Jesucristo, nos ha anunciado la realización de un certamen de exultante regocijo para toda la humanidad: “el Jubileo” del año 2025.
Es en conmemoración de otros 25 años del envío de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, como Salvador de la humanidad. Especiales conmemoraciones se realizan en nuestro planeta tierra, pero ninguna de tanta trascendencia, y que deba despertar tan exultante regocijo, como el nacimiento de Jesús, en humilde portal de Belén de Judá, de una Virgen Nazarena, sin fastos palaciegos, recostado en un pesebre, adorado por humildes pastores, convocado por coros angélicos (Lc.2,6-20).
Año tras años, pero solo 12 siglos después, invitados por el humilde Francisco de Asís, se celebra este Nacimiento, que, con el correr de ellos, ha tomado dimensión oficial la vivencia gozosa cada 25 de encantadoras celebraciones jubilares. Ahora, bajo tema tan confortante como el de la esperanza, “Spes non confundit”, el Papa Francisco acaba de hacer solemne convocatoria a este exultante hecho, con detalles a tener en cuenta para acrecentar su gozo.
Esa esperanza está enraizada en la fe, y vivificada en el amor: “Creer, espera, amar”, decía S. Agustín. Celebridad a escala de Iglesia Universal solo se inician en 1300 con el Papa Bonifacio VIII, precedida desde 1216 por el Papa Celestino en 1294, inspiradas de indulgencias concedidas a visitas a la Porciúncula, en la bella Hungría y otras pedidas en 1122, y a Santiago de Compostela. En todas ellas está el llamado a caminar hacia esos sitios recogiendo en el alma la belleza de la creación con alabanza a Dios. Todo ello sin descontar la superación de tribulaciones, pues esa fe irradia gozo en Dios, y nadie podrá separarnos del amor divino (Rom. 5,4).
En ese ambiente de compartir el gozo espiritual, no deja de lado el Papa a los Cristianos Orientales, aunque en su mayoría no unidos a la fe católica, pero hermanos nuestros en Cristo, en regocijo jubilar. Enseguida menciona reciente grandes celebraciones que hemos compartido como el gran programa del año 2.000 del Papa S. Juan Pablo II, las celebraciones del 2015, Año de la Misericordia, y preanuncia ya las del 2033 nuevo milenio de la pasión, muerte y resurrección del Señor.
Este Año Jubilar, ya próximo, se abrirá el 29 de diciembre de este 2024, con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán, con apertura solemne de Puerta Santa en las de las otras Basílicas Romanas, y con cerramiento de la de S. Pedro, el 06-01-2026 en la Epifanía del Señor.
Entra el Papa en varios numerales a llamar la atención sobre temas que debe afrontar la humanidad y la Iglesia en este Año, que no es solo para vivirlo y que pase, sino que lleve a transformación de los espíritus, sobre los cuales seguiremos sus pasos (Continuará).
*Obispo Emérito de Garzón
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