La desarticulada JEP no deja de presentar inquietudes y perplejidades en su implementación. Sorprendió el fin de semana la decisión de uno de sus ilustres miembros de no tomar posesión y marginarse de la entidad; síntoma claro de la crisis generalizada que afecta la novel institución.
El otro “rifirrafe” se presentó por la decisión de la bancada uribista en el Congreso de bajarle el ritmo a la aprobación del proyecto de ley que contiene la reglamentación del procedimiento. Por supuesto, que lo más lógico es que se suspenda la carrera por su reglamentación a “pupitrazos” como se quiere hacer en los estertores del Gobierno. El régimen y los cultores de la institución se resisten. Acaso no se dieron cuenta que su replanteamiento conceptual y normativo fue parte de la propuesta política que triunfó en los pasados comicios electorales y la expectativa social es precisamente el replanteamiento de sus cimientos, estructura y reglamentación. El Presidente electo recibió la refrendación en las urnas y ello equivale a un mandato para hacer cumplir sus propuestas vencedoras; reorganizar la JEP, una de ellas y ahora pretenden que se olvide, y se atreve incluso un alto funcionario, por fuera de sus funciones, a recomendar, que se dé vía a libre a la reglamentación del procedimiento, aduciendo que los pronunciamientos pendientes de la Corte Constitucional nada tienen que ver con ello.
Pero como se le ocurre semejante despropósito. Claro que tienen que ver, todo está conectado, es un sistema y es prudente, aconsejable, pertinente, suspender la reglamentación del Congreso, mientras se conocen los pronunciamientos de exequibilidad, las tutelas pendientes y todo lo demás. Para poder tomar decisiones acordes lo conveniente es que todo este sobre la mesa. La advertencia de dignatarios de las Altas Cortes en una visita protocolaria, por fuera de su competencia sobra y adquiere un sabor político impertinente. Lo prudente es esperar.
Ahora pareciera que se trata de crear un caos por el Gobierno saliente, señalando que si no se aprueba de inmediato el procedimiento de actuación de la JEP en el Congreso va a entrar a actuar la Corte Penal Internacional, que los militares colombianos enredados quedan sueltos y expuestos. Nada de eso, sueltos están ya hace rato y ello no va poner en función a la Corte Penal Internacional por el momento. Alarmas equivocadas. Lo otro con lo que amenazan es que si no sale la reglamentación del procedimiento, la JEP la va a expedir directamente. Vacíos no hay en un sistema jurídico; para eso es la analogía, establecida en nuestro sistema desde 1887.
Reconozcamos que en la última semana el país cambió; que el Gobierno no alcanzó a sacar todo lo que tenía pendiente, que hay nuevos vientos en la patria y que el mundo tiene que acomodarse, los demás son cantos de sirena. Dejar el poder ocasiona congoja, pero el que hacer, ahora, corresponde a los que llegan.