En línea con lo que planteamos en esta tribuna hace poco, tenemos que hablar de cómo proteger nuestro dinero, pero esta vez en el mundo digital. La época decembrina de primas nos demanda tomar muchos recaudos. Nos cuidamos mucho en el mundo físico. Ahora ¿qué tanto nos protegemos en internet?
Lo primero que tenemos que entender es que el dinero en digital es igual de valioso que el dinero que retira en los cajeros. Entonces, si usted es de los que retira acompañado, de los que va al cajero concurrido, de los que pide protección policial para sacar grandes cantidades de tiempo, considere tomar medias similares cuando mueve dinero desde plataformas digitales.
La primera medida es la protección de los datos personales. El número de mensajes de texto con promociones se multiplican por estos días. Buena parte de estos mensajes son promocionales. Pero cada tanto, llega algún mensaje entre atractivo y sospechoso. Si le llega un mensaje que le promete dinero, premios o viajes, así como del cielo, le cuento que eso es peligroso. Que no le gane la curiosidad: por nada del mundo le haga clic al enlace que viene en ese mensaje.
Quizá el correo electrónico está un tanto más blindado que el número celular. Pero todavía se gestan engaños que se difunden por email. La lógica es similar a la de los mensajes de texto. Título atractivo, un cuerpo de correo prometiendo el oro y el moro. Pero existe un diferencial: existe un link a una página, casi siempre fraudulenta que lo primero que hace es solicitar datos confidenciales. De nuevo: que no le gane la curiosidad.
El tercer consejo para proteger la prima virtual tiene que ver con la protección de su usuario y contraseña en plataformas bancarias. Lo más recomendable es que su clave bancaria, esos cuatro dígitos que son un tesoro, sean números que usted recuerde fácil, pero que no estén relacionados con fecha de nacimiento. ¿Por qué? Porque es un dato que casi siempre compartimos en redes sociales. Por eso, el consejo es optar por fechas de aniversarios o cumpleaños de allegados o hijos.
Un dato adicional. Proteja también el usuario que utiliza para las aplicaciones bancarias. Nadie tiene necesidad de conocer ese usuario más allá de algún familiar cercano. Tenga en cuenta una premisa: ¿qué pasa si me roban el celular o si me roban mi cédula? Tiene que tomar todas las precauciones del caso. Es lo mismo como cuando va a retirar los billetes de papel en el centro comercial.
Ah y en línea con lo que venimos pidiendo en esta columna: el sector de los seguros tiene la oportunidad de sacar propuestas de valor para los usuarios que son suplantados o que son víctimas de phishing. Existe un mercado gigante en el mundo digital que está a la espera de la transformación digital de las aseguradoras.