Con las grandes expectativas del país en lo referente a futuras negociaciones y ese permanente bloqueo de vías, aparece en el abanico de posibilidades la asistencia militar ordenada por el gobierno en días pasados. Para entender en qué consiste este recurso decretado por el Sr. Presidente, es saludable hacer ciertas claridades. Enfoquémonos en la diferencia operativa entre las fuerzas militares y la policía nacional, entendiendo que el ejército, la fuerza aérea y la armada, instituciones que componen las fuerzas militares se enfocan en la defensa de la nación, desde el concepto soberanía, correspondiéndole por ello a la policía nacional la defensa del orden público interno, de donde se deprende la protección de la honra, vida y bienes de los ciudadanos.
En principio es la policía responsable del orden ciudadano, el que controla y restablece cuando se encuentra alterado, con los recursos puestos a su servicio, representados en instalaciones, armamento, equipo, comunicación y recursos legales; al reducirse la capacidad de respuesta de la institución que resguarda la convivencia pacífica y seguridad interna en todo su ámbito, cuentan las autoridades nacional, departamentales o municipales con el llamado de asistencia militar, recurso contemplado en la ley.
Debemos entender que la asistencia militar juega como un recurso extremo de último momento y recomienda manejarse con ponderada cautela, pues altera los roles institucionales y recordemos que las fuerzas militares tienen una formación diferente a la policía, basada en el espectro de sus responsabilidades. Ellos actúan en situación de guerra, por lo tanto sus acciones son grupales, armadas y bélicas. No es saludable que el soldado enfrente al ciudadano como enemigo, y menos que el ciudadano crea o presuma que el soldado puede ser violentado como el policía, quien, por su naturaleza de carácter civil, soporta ciertas manifestaciones de agresividad, pues su servicio está ligado íntimamente con la ciudadanía. Es esta diferencia la que marca una distancia diametral entre profesiones.
Pero los permanentes bloqueos generan desabastecimiento en la canasta familiar, enrareciendo la situación laboral del país y proyectando una delincuencia direccionada a los almacenes de grandes superficies, locales comerciales, entidades financieras, incluyendo el asalto a instalaciones policiales, con atentados criminales contra sus miembros en todo el ámbito de la protesta.
Recordamos hasta el cansancio que la formación militar dista mucho de la policial y el riesgo de generar confusión de identidad en los roles por parte ciudadana es alto, y más todavía, cuando en busca de proporcionalidad en el procedimiento por parte de la policía, se está proscribiendo el uso de armas, concepto imposible de utilizar con las fuerzas militares.
Bienvenida la asistencia militar porque su presencia atemperara los ánimos. Esperamos que los colectivos entiendan la dimensión de este recurso y el riesgo de exacerbar los enfrentamientos.