No es un secreto que las campañas políticas tienen propuestas, equipos de trabajo, publicidad y mucha propaganda negra.
Esa fórmula muy americana ha funcionado y con éxito, como en el caso de Óscar Iván Zuluaga-en su momento, la filtración de unos videos y la sugerencia que se estuviera infiltrando el proceso de paz, lo llevó a la derrota y el desprestigio que terminó su campaña. Con él fue arrastrado su hijo, el cual en una decisión de transparencia y blindaje del candidato fue designado como gerente de su campaña y casi termina imputado. El resultado lo conocemos todos.
En esta campaña y meses atrás, cuando las probabilidades lo apuntalaban como un seguro candidato con opciones de ganar la consulta, el turno fue para Alex Char. Su vida personal y la de su familia fue expuesta y un entramado de situaciones que buscaba hacer pensar que terminaría vinculado a un proceso penal por compra de votos. Fotos íntimas, secretos de pareja y un sin número de detalles dieron cuenta de lo que pudo haber sido una campaña electoral exitosa.
Ahora cambio el turno, de unas semanas hacia acá la campaña de Gustavo Petro y Francia Márquez cayó de manera trágica en ese remolino. La actividad proselitista de éstos se viene limitando a la defensa del candidato y su fórmula vicepresidencial por varios temas y no al desarrollo de su propuesta de gobierno de lo que poco ya se comenta.
Lejos estamos ya de los momentos donde se prometieron trenes elevados de 1.600 kilómetros o la sustitución gradual del petróleo y otros combustibles fósiles por energías limpias, la entrega de los recursos de la salud a las Secretarías de Salud territoriales o la eliminación de los fondos privados en el manejo de las pensiones de los colombianos.
Esta semana solo se habló del diálogo del hermano de Petro con unos reclusos de la cárcel La Picota. Se afirma que se expusieron puntos de la propuesta de perdón social, situación que en un principio fue tratada de explicar como una fórmula de reconciliación del país.
Ya el candidato ha desconocido públicamente las facultades propositivas de su hermano como activista de la campaña, hoy sin duda debe ser la oveja negra de la familia por haber caído de manera inocente en una presunta trampa de sus enemigos, de la cual se dice Petro desconocía, pero que habrá que esperar más detalles de esa visita para saber a ciencia cierta de que se trató y cuál fue su finalidad.
Vendrán más cosas, contra Gustavo Petro y los demás, los equipos de campaña estarán buscando el lunar para atacar los otros candidatos. A eso se ha limitado esta política tan mediática y, al final, la ciudadanía en general reafirmará su animadversión y apatía por la política, para terminar apuntando a que la propuesta ganadora será la menos peor, la que menos errores cometa de aquí al día de elecciones o que por lo menos no cometa el último.