“Aquel que no pueda vivir en sociedad y que en medio de su independencia no tenga necesidades, no podrá ser nunca miembro del Estado, es una bestia o un dios”, dijo Aristóteles
Ese pensamiento lo expresó en el 384 a de C y en el mismo advierte que el hombre nace con una característica inherente, cual es la posibilidad de sobrevivir únicamente rodeado de semejantes. El hombre será considerado una “bestia” cuando sus acciones no estén encaminadas hacia el bien común.
Una sociedad se convierte en la construcción ideal para acceder a la mejor forma de supervivencia. Su fin será el de alcanzar la justicia y la igualdad, lo que engendrará luchas sociales y políticas.
La libertad y la justicia ejes fundamentales de la historia surgirán como forjadoras de los sistemas políticos.
En Colombia, la democracia se ha convertido en punto sensible para decidir libremente sobre la situación que deseemos vivir en un estado, así esté debilitada para algunos, muy contrario a una dictadura en donde se restringe la voluntad de toda persona.
En las próximas elecciones presidenciales tendremos dos caminos a seguir: el camino de la democracia, garantía de libertad y desarrollo, y el otro camino que conducirá al infierno de la dictadura, adoptada por países, como Nicaragua y Venezuela.
Frente a esta disyuntiva se encuentran muchos ciegos, o como afirma Aristóteles “bestias”, que se decidirán por el camino de la dictadura y no por el de la democracia, con el argumento de que su candidato logrará un cambio, que en campaña pregona falsamente ser un demócrata.
Para nadie es un secreto que en Nicaragua la dictadura de Ortega, en su campaña reeleccionista llevó a la cárcel y a la muerte a sus opositores, que en Venezuela el dictador Maduro, amigo fiel de Petro quebró al país, cerró los medios de comunicación, convirtiendo a Colombia en refugio de los migrantes venezolanos, reducidos a un estado de pobreza que hoy luchan por conseguir una moneda para pagar al menos un alojamiento donde puedan dormir una noche resguardándose del frío.
En Colombia, si llegare a ser elegido el dictador sería coronado como el gran emperador que impuso el comunismo en nuestro país.
Vale la pena destacar una anécdota de un personaje que al fallecer tuvo la oportunidad de escoger entre el cielo y el infierno. Al inspeccionar el infierno encontró un verdadero festín, donde todos bailaban al ritmo de buena música, trago y mujeres, mientras que en el cielo sólo encontró silencio y calma.
Se decidió finalmente por el infierno, pero al llegar ¡oh sorpresa! halló lamentaciones, exclamaciones de dolor.
Desconcertado, preguntó: ¿Por qué cuando visité el infierno, para decidir si me quedaría o no, encontré que todo era felicidad y ahora sólo veo lamentos?
Respuesta: Cuando Ud. vino estábamos en campaña política, ahora todo volvió a la normalidad.
NOTA: Si mis opiniones no volvieren a ser publicadas se debe a que el nuevo dictador, siguiendo los lineamientos de Venezuela y de Nicaragua, prohibió la libertad de expresión.