EL ALCALDE de Bogotá, Carlos Fernando Galán, participó en un reciente debate de control político en la Comisión Primera del Senado, donde abordó la grave situación hídrica que enfrenta la capital del país. Durante su intervención, destacó los avances y desafíos en la gestión del sistema hídrico de la ciudad, subrayando la importancia de las medidas implementadas frente a la actual crisis de sequía.
Una de las principales decisiones anunciadas por Galán fue la evaluación, a mediados de diciembre, de las medidas de racionamiento de agua. El mandatario indicó que en esa fecha se analizarán los niveles de los embalses, especialmente el de Chingaza, para determinar si es posible flexibilizar las restricciones o si será necesario mantenerlas. “La decisión final sobre la flexibilización del racionamiento de agua será tomada entre el 15 y el 20 de diciembre, dependiendo del comportamiento de los embalses”, señaló Galán.
El alcalde también mencionó los esfuerzos realizados para mitigar la dependencia del sistema Chingaza, fuente principal de abastecimiento de agua para Bogotá. Explicó que, para aliviar la presión sobre este sistema, se incrementó el flujo de agua desde la planta Tivitoc, que pasó de 4,5 metros cúbicos por segundo a 8,2. Este ajuste, aunque necesario, causó algunas alteraciones temporales en el agua distribuida, una situación que está siendo monitoreada con 176 puntos de control en la ciudad.
“Sabíamos que habría rupturas en la red debido al estrés, pero optamos por un esquema de rotación cada nueve días para mitigar los daños”, comentó el alcalde, refiriéndose a las interrupciones temporales en el servicio como resultado de las modificaciones en el sistema.
Además, Galán destacó que la estrategia permitió ahorrar 18 millones de metros cúbicos de agua en Chingaza. A pesar de los desafíos técnicos, como las rupturas en la red, se implementaron rotaciones de agua cada nueve días para minimizar los impactos y garantizar la distribución adecuada del recurso.
El mandatario también hizo referencia a la histórica pérdida del 35% de agua en el sistema, aunque señaló que este año se logró una reducción en las pérdidas comerciales, lo que contribuyó a estabilizar el abastecimiento. En cuanto a los hábitos de consumo, Galán afirmó que los bogotanos utilizan menos agua por habitante que hace tres décadas, a pesar de que la población ha crecido considerablemente.
Galán también resaltó proyectos importantes como la restauración de 1.300 hectáreas en los cerros orientales, 250 hectáreas en humedales, y la inversión de US$92 millones del Fondo Verde del Clima, destinados a la protección de ecosistemas cruciales para la sostenibilidad hídrica, como el parque Chingaza y el río Bogotá.
El alcalde concluyó su intervención subrayando que la crisis hídrica de Bogotá exige un esfuerzo conjunto entre la administración pública, el sector privado y la ciudadanía. “El cambio en los hábitos de consumo es indispensable para garantizar la sostenibilidad del agua a largo plazo”, aseguró, haciendo un llamado a la cooperación para asegurar el futuro del recurso hídrico en la capital.
¿Modelo continuista?
Durante el debate, la senadora María José Pizarro aseveró que la responsabilidad del alcalde Galán en lo que respecta a la crisis hídrica, se refleja en un proyecto de ciudad basado en un modelo continuista.
“Las soluciones a la crisis del agua no pueden depender de los ciclos de lluvias, los estudios han demostrado que tendremos ciclos de lluvias cada vez más cortos e intensos, seguidos de periodos de sequías más prolongados. Las campañas pedagógicas sobre el ahorro han sido inocuas. Se debe apuntar hacia la generación de conciencia y fomentar un cambio cultural en la ciudadanía respecto a su relación con el uso del agua y la protección de los ecosistemas de Bogotá”, aseveró.
“Le pregunto ¿continuará usted el modelo urbano insostenible que caracterizó a sus antecesores o avanzaremos hacia un Acuerdo Regional por el Agua, no solo en Bogotá, sino en toda la Sabana?”, cuestionó Pizarro.