Demasiado poderosa | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Octubre de 2021

No tengo ninguna duda de que la doctora María Paula Correa, jefe de gabinete del presidente Iván Duque, es una mujer preparada, eficiente y capaz. Sin embargo, por más competente, el excesivo poder que ha concentrado dentro del Ejecutivo, es una de las principales falencias del gobierno actual.

No importa que tan magnífico sea un funcionario a la hora de ejecutar sus responsabilidades, a un solo individuo no se le pueden asignar todos los temas de gobierno, como si no existieran otras personas con igual o mejor capacidad para desarrollarlas. La concentración de poder es peligrosa, lleva a ineficiencia y conflictos dentro de cualquier organización. Es por esto que en los diseños institucionales se procura un balance de poderes, pues está probado que cuando hay mayor peso en un lado, todo el sistema se desbarajusta. Ese es el caso de la jefe de gabinete del actual gobierno, quien también hace las veces de secretaria privada. Se encarga de lo divino y lo humano, hasta tal punto que en la presidencia no se mueve una hoja sin su consentimiento.

Correa asesora al presidente en la formulación de políticas públicas. Es el puente entre el mandatario y todas las ramas del poder. Es la encargada de las relaciones con los partidos políticos, hace seguimiento a la rama legislativa, coordina a los ministros y todos departamentos administrativos. Es quien plantea la visión estratégica de las comunicaciones de la Casa de Nariño. Maneja la agenda del presidente y prioriza los temas dentro de la misma. Coordina las instancias relacionadas con temas migratorios. Imparte directrices para nombramientos de las oficinas de control interno. Autoriza la publicación de hojas de vida y da los permisos de salida del país para los funcionarios de la rama ejecutiva.

Estas, son solo algunas de las innumerables funciones que tiene y que se pueden observar en el decreto 1185 del 2021 por el cual se modificó la estructura del departamento administrativo de la presidencia de la República. (https://dapre.presidencia.gov.co/normativa/normativa/DECRETO%201185%20DEL%2030%20DE%20SEPTIEMBRE%20DE%202021.pdf)

Pero, en este decreto publicado la semana pasada se le otorgan aún más funciones, esta vez internacionales. Se sabe desde hace mucho que Correa quería ocupar el puesto de ministra de relaciones exteriores, cargo para el cual tiene la capacidad, pero como el presidente depende tanto de ella decidió hacer otros nombramientos. Eso sí, en esta oportunidad la compensó y por eso le designó tareas como la de representar al país en escenarios internacionales y tener vocería en el manejo de temas concernientes con la política exterior.  Es decir, ahora tiene funciones que son realmente de cancillería, como se pudo ver en el reciente periplo de Duque por España y Estados Unidos.

Por más capaz que sea Correa no es eficiente, en ningún caso, que a un funcionario se le sobrecargue con tantas ocupaciones. Como dice el adagio popular: “El que mucho abarca poco aprieta” Y es precisamente eso lo que ha pasado en este cargo. Por la falta de experiencia del presidente Duque en el sector público y el poco conocimiento que tiene de personas capacitadas para desempeñar distintas funciones, decidió recargarlas casi todas en quien confiaba, haciéndole más mal que bien.