Nuestros deseos para este 2019 pueden ser muchos, pues Colombia tiene un sinnúmero de necesidades, prioritarias en variados y diferentes sectores; pero como de puntualizar y poco divagar se trata, seremos menos ambiciosos y muy aterrizados, para exteriorizar nuestros deseos de manera clara.
Podemos desear para el nuevo año que las negociaciones con el ELN se materialicen. El gobierno viene presentando sus cartas sobre la mensa, al exhibir demostraciones palpable de interés por llegar a un acuerdo con el mencionado grupo; aquellos hasta la fecha se han manifestado algo renuentes y entraron en una etapa de arrogancia, sintiéndose capaces de enfrentar al Estado, amparados en su capacidad de movimiento en la frontera colombo venezolana, lo cual es cierto. Este hecho es un asunto de marca mayor, pues ese juego pone en peligro la seguridad nacional de dos países, el accionar en regiones diferentes les permite movilidad para sus fines, fincándose en uno y combatiendo en otro. El gobierno y los colombianos seguimos acariciando la posibilidad del diálogo.
Otro deseo está en el combate contra la minería ilegal, este problema ya lleva varios años y ha crecido exponencialmente; claro que países vecinos vienen sufriendo el mismo flagelo. Las autoridades de Perú, Ecuador y Bolivia nos han intercambiado información buscando combinar las formas de combatir estos delincuentes, creando herramientas para enfrentar la situación. En el país es la policía la encargada de controlar dicha actividad que cuenta con recursos económicos para facilitar el delito, porque dispone de maquinaria moderna y sofisticada, cuyos costos sobrepasan las capacidades de los pequeños mineros, de dónde se deduce que se encuentran patrocinados por grupos delincuenciales como paramilitares, disidentes de las Farc o bacrim. Esa lucha es difícil, costosa y dura, al igual que la explotación y daño ambiental es grande. Por ello hay que combatirlos con todo empeño.
No podía faltar para este 2019 la lucha contra el narcotráfico en todas sus modalidades. Este tema no es nuevo ni ajeno en el gobierno, pues todos los anteriores han debido poner la cara frene a resultados buenos o malos en esta larga y sangrienta lucha contra las drogas ilícitas; en este punto no podemos pedir al gobierno que haga el mayor de sus esfuerzos, porque lo viene haciendo. Ahora, como vivimos en nuestro momento el problema, nos aventuramos a recomendarle al Sr Presidente que se apoye en la experiencia: tenemos en la policía oficiales activos y retirados “nunca consultados” que pasaron por la especialidad y pueden aportar conocimientos, experiencias e ideas para dar un vuelco total a la estrategia. Sería de gran ayuda una convocatoria donde exponer, escuchar y trazar nuevos rumbos o reforzar aquellas estrategias exitosas en tiempos pasados, desechadas por falta de compromisos gubernamentales.