DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Enero de 2013

La revocatoria de Petro

Conforme a lo previsto por la Constitución se inicia el proceso de revocatoria del mandato al alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. Por malestar ciudadano en vista de las torpezas, improvisaciones y pésima gestión del mandatario capitalino, un representante a la Cámara se encuentra recolectando firmas para dar fin a una gestión equivocada que ha puesto en riesgo la estabilidad de la ciudad y sus finanzas por decisiones administrativas erradas.

Es claro el malestar ciudadano, pues desde antes de su posesión el alcalde arrancó con anuncios absurdos e improbables como fusionar las tres empresas de servicios públicos, nada más irracional y retardatario que eso. No lo pudo hacer y sólo generó incertidumbre y pérdidas. Anunció con bombos y platillos la construcción de mil guarderías infantiles y terminó dando una plática a hogares comunitarios. Frenó la iniciativa del metro dizque para hacer un tranvía por la séptima, nos quedamos sin metro ni tranvía. Bajó la tarifa del agua a los estratos 1 y 2, así como el pasaje de Transmilenio, eso está bien pues favorece a una parte de la población, pero no significa ningún esfuerzo administrativo ni de gestión, es solo expedir un decreto y listo.

La peatonalización de la séptima ha sido una medida chambona y de mal gusto, pues acabó con la calle emblemática de Bogotá, hoy llena de ladrones, indigentes, vendedores, mugre y enorme perjuicio para la movilidad y el comercio. Luego le dio por meterse con las basuras y expuso a Bogotá a una peligrosa epidemia, teniendo que llamar de nuevo a los mismos contratistas que quería sacar, metiendo a la empresa de acueducto en una operación que ni está en condiciones, ni la sabe hacer y que no es de su competencia. Ilusionó a miles de desempleados que contrató alegremente y luego tuvo que salir de ellos para regresar al esquema original. Alquiló por sumas millonarias unos carros recolectores que resultaron una porquería y tuvo que reducir ese contrato.

De verdad que Petro ha sido todo un fiasco, un fracaso de enormes proporciones que nos duele a los ciudadanos, porque su alcaldía está trayendo enormes perjuicios y costos, se está jugando a la política, pues no es igual sentarse en una curul del Congreso a denunciar y hablar paja, que asumir las riendas con mano firme de una ciudad de más de ocho millones de habitantes. Petro se equivocó de camino por la gran ambición de ser Presidente, no midió sus capacidades, pues como en un maratón, donde el corredor no puede lanzarse a los 42 kilómetros sin estar preparado, se funde o se muere, eso le pasó a Petro, se enterró él mismo por su torpeza y es posible que lo revoquen o que lo destituyan por sus faltas y el detrimento patrimonial causado a la ciudad sin necesidad. En últimas quedarán muy pocos con ganas de votarle en un futuro si es que no queda inhabilitado.

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*Presidente Canal Teleamiga Internacional