Diego Arango* | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Octubre de 2014

Sapos que hay que tragarse

 

Sapos que hay que tragarse dijo el presidente Santos refiriéndose a las visitas de los comandantes guerrilleros a La Habana para insertarse en los diálogos de paz. Desde una óptica razonable de ciudadano me cuesta mucho trabajo aceptar la imagen de Romaña, un cruel criminal, secuestrador y extorsionista hacer una declaración pública en lenguaje mamerto de política desueta y cierto aire de soberbia y prepotencia. Pero a su vez esto me recuerda la imagen de la serpiente que aun  vencida por la mano en su cuello sigue mirando desafiante, está vencida pero se muestra altiva. Esos son los sapos que tenemos que tragar los colombianos si queremos que esa guerrilla nefasta de las Farc se acabe. Una razón lógica demuestra que había llegado la hora de vencer a esa gente y que no fue por las armas, seguramente va a ser por la política. Durante 60 años se los está combatiendo con una inversión enorme del presupuesto nacional. En el Gobierno del expresidente Uribe se dio la más fuerte ofensiva militar, pero ahí siguen y seguramente de continuar ese gobierno también hubiesen seguido, son habilísimos para el camuflaje y la supervivencia en el monte, además de hacer daño como aún lo siguen haciendo.

Entonces llegar a un acuerdo de acabar esa fuerza criminal vale la pena. El exguerrillero salvadoreño Joaquín Villalobos que se encuentra en el país por estos días, dijo algo cierto de su experiencia en el proceso de paz de El Salvador y es que entre guerreros se entendían y eso es verdad. Que en aquella época el Gobierno de ese país facilitó la salida de los guerrilleros salvadoreños a México para comprometerlos con el acuerdo de paz, algo parecido a lo que está sucediendo en  Colombia donde Cuba y Venezuela colaboran con el proceso, por supuesto que con la esperanza que sean algún día gobierno en Colombia.

Es duro para los colombianos aceptar esa tremenda realidad de negociar con criminales, pero los que hemos estado en algún momento de nuestras vidas en manos de asesinos, secuestradores y delincuentes sabemos que es una salida, lo digo por experiencia propia con esa gente de las Farc. Duele, sí duele, pero veo que está cerca la firma de un acuerdo con las Farc. Una vez desmovilizado y acabado ese grupo delincuencial se respirará un nuevo aire.

Por supuesto que la paz no llegará, es una utopía, porque muchos de ellos se convertirán en bandas criminales, otros en trabajadores normales y otros más en parásitos del Estado y los jefes ya cansados, gordos y envejecidos se dedicarán a hacer política, algunos pagarán cárcel otros irán al Congreso. En fin, es el precio que habrá que pagar quienes nunca hemos dañado a nuestro país, lo contrario quienes hemos ayudado a sostenerlo y avanzar.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional

.