DIEGO ARANGO* | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Julio de 2012

Crisis moral de Colombia

 

Es triste decirlo pero es una realidad: Colombia se encuentra en una profunda crisis moral en todos los estamentos de la sociedad. Parte de la inversión de valores de un pueblo bueno, noble y hasta cierto punto ingenuo que se ha dejado llevar por la fantasía del dinero y de la premisa que todo es válido para conseguirlo. El ejemplo de muchos personajes de la clase dirigente del país, de gran parte de los políticos, funcionarios públicos, gente adinerada que con la plata se consigue todo, es un concepto mafioso que ha permeado el espíritu y mente de la sociedad. Desde luego que no todos somos así, porque aún existimos muchísimos que fortalecidos en nuestros valores sostenemos la moral del país.

Esto se refleja en las leyes, los cambios propuestos en la Constitución, en los proyectos de ley que se debaten en el Congreso, en la administración de la justicia, en la adjudicación de contratos por parte del Estado y aun en cualquier accidente callejero, todo se hace pensando en beneficio propio y lo que se presente se arregla con dinero. Cuántos gobernantes, parlamentarios, altos, medianos y pequeños funcionarios buscan puestos sólo con el afán de enriquecerse y obtener poder. Qué decir de algunos jueces y magistrados que venden sus conciencias y fallos. Policías y altos militares que tampoco se escapan de la corrupción y lo peor de todo es la gente, aquella que se deja comprar y sigue eligiendo a los políticos corruptos vendiendo sus votos y su libertad.

Esta realidad está azotando la moral del país y generando violencia y pobreza. La crisis moral sólo se puede combatir con educación, con un gran propósito nacional de formar a nuestras futuras generaciones en valores, cimentarles una ética sólida desde temprana edad y en tan solo una o dos décadas habremos cambiado la mentalidad colombiana. Pero no solamente es así, hay que fortalecer e inducir la justicia con penas severas, pagar mejor a los maestros, a los jueces, a los policías y soldados, pues de esta manera se evita la tentación de corrupción. Y se hace necesario implantar sistemas de control basados en las nuevas tecnologías que eviten la intromisión del hombre. Todo está inventado, sólo se trata de voluntad política, de decisión, pero de verdad que hay que hacer algo, así no podemos seguir porque estamos destruyéndonos poco a poco y la solución está en el pueblo que finalmente es quien tiene la última palabra, pues es la gente quien elige a sus gobernantes.

www.diegoarango.com

*Presidente Canal Teleamiga Internacional